La primera ecografía. ¿Es segura? ¿Qué hago?

La realización de la primera ecografía es un momento muy especial para las parejas que saben que esperan un hijo, y están deseando comprobar que todo funciona bien en el interior de la madre.

La conveniencia de hacer la primera ecografía a una mujer embarazada en una semana concreta, despierta más de un recelo tanto en los padres como en los médicos.

De hecho, en la sanidad pública, se opta por hacer la primera ecografía a las gestantes que llegan a sus 12 semanas de embarazo.

Pero algunos padres consideran que esperar tres meses para ver como se desarrolla su hijo, por lo que muchos optan por hacerla a las nueve semanas de gestación, en un médico privado,

La verdad es que la decisión de las 12 semanas no es baladí, ya que antes de que el embarazo llegue a este punto, pueden pasar muchas cosas en un proceso de gestación. Esto causa que una ecografía, hecha antes de hora, muestre aspectos que pueden causar un cierto revuelo en los padres. Por ejemplo, los latidos del feto no se escuchan hasta que ha llegado a un cierto grado de evolución. Evidentemente, esto se soluciona en la siguiente ecografía, pero de momento representa una buena dosis de nerviosismo para los progenitores.


Para qué sirve la primera ecografía


Independientemente de las reflexiones anteriores, lo más normal es que se prescriba una primera ecografía en las semanas iniciales del embarazo, para tener información completa sobre el proceso de gestación.

Para empezar, una ecografía confirma que el embarazo existe, y que el feto está bien implantado, y se desarrolla sin patologías especiales. Además, permite ver si hay una embarazo múltiple, y el tiempo de embarazo que se lleva.

Al hacer una primera ecografía, el médico puede apreciar la existencia de diversos elementos fisiológicos, que confirman el embarazo y que su desarrollo va por buen camino: el saco gestacional, el disco embrionario y la actividad cardíaca, esencialmente. Si se hace a partir de la novena semana, ya es posible apreciar la cabeza y el cuerpo del feto, así como intuir sus miembros.

Además, la primera ecografía a una mujer en estado de gestación sirve para plantear ciertas pruebas importantes para la salud del bebé, como la existencia del marcador ecográfico precoz del Síndrome de Down.


Tipos de ecografías


Lo más normal es que hoy en día se practique a una mujer embarazada una ecografía bidimensiomnal, que es un sistema sencillo e indoloro que se convierte en una herramienta necesaria para ir siguiendo el desarrollo del bebé, sin someterle a ningún peligro.

En la actualidad, algunos centros médicos dan la posibilidad a los futuros padres de ver a su hijo en imágenes de 3 dimensiones e, incluso, existe la conocida como ecografía 4D, que permite a los padres ver a su futuro hijo, además de con volumen, moviéndose en el interior de la madre a tiempo real. De todos modos, la información médica que se necesita la proporciona perfectamente una ecografía típica bidimensional.