Niños: cuándo y cómo empezar a practicar un deporte

Los niños necesitan hacer deporte para desarrollarse tanto física como emocionalmente, centrándose sobretodo en ejercicio adaptado a su edad, y a su capacidad física. Es decir, un niño tiene que empezar a ejercitarse estando activo y jugando.

En torno a los seis años, un niño ya puede empezar a hacer deporte, aunque es recomendable que lo practique siempre en grupo, ya sea con sus padres o amigos.


La influencia de los padres


A los 7 años, y pese a que los niños se sientes fuertes y capaces de llevar a cabo cualquier actividad, sus padres siguen siendo su máximo modelo.

Por lo tanto, si ellos realizan alguna actividad deportiva, sus hijos también lo harán.

Es importante que en la familia se inculque la costumbre de hacer deporte, como una parte más de la vida de los niños. Los hijos de padres sedentarios tienen muchas posibilidades de ser también sedentarios. En cambio, los que han visto desde pequeños la actividad física como algo normal en sus padres, considerarán normal tan normal hacer deporte, como comer o dormir.


Qué aporta el deporte a un niño


El deporte debe aportar, esencialmente, relax y diversión al niño. Pero, también es verdad que su práctica ofrece a los pequeños muchos beneficios para el desarrollo de sus huesos, la mejora de la psicomotrocidad, y la prevención de enfermedades, como la obesidad o la diabetes.

A nivel emocional, hacer actividad física ayuda a los niños a sociabilizarse, a seguir las reglas de un grupo, y a reducir su individualismo.


¿Cuál es el deporte adecuado?


A un niño le puede llamar la atención un determinado deporte por su espectacularidad, pero los padres y monitores deben saber encauzarle hacia la práctica de la actividad física que encaja mejor con sus capacidades, y con su cuerpo. Hay que tener en cuenta que un deporte que exija una sobrecarga demasiado importante, puede dañar el desarrollo físico de un niño.

También la personalidad de su hijo debe ser un factor a tener en cuenta a la hora de orientarlo hacia la práctica de un determinado deporte. Los agresivos pueden canalizar sus energías con deportes de combate, mientras que a los tímidos les puede ir muy bien integrarse en un equipo, como el balonmano o el fútbol.

De hecho, el fútbol es uno de los clásicos en los deportes para los niños. Se puede iniciar a los 5 años, y les permite desarrollar conceptos como la velocidad, el trabajo en equipo y el respeto a las reglas.

Las diferentes disciplinas de gimnasia son también un deporte muy completo, que consigue desarrollar el cuerpo de los niños de manera armoniosa a partir de los 3 años, cuando se empieza por sesiones de psicomotricidad.


¿Deporte de competición o actividad deportiva?


Que un niño necesite hacer deporte para desarrollarse de manera correcta, no significa que se le deba obligar a practicarlo a niveles competitivos, y mucho menos antes de los 11 años.

Hay que tener en cuenta que la alta competición exige al niño una entrega y una obligación, con la que se instala una rutina estricta en su vida. Y no todos los pequeños están preparados para este sacrificio. Por tanto, si sus padres le presionan, pueden acabar teniendo un trauma importante.