Equitación para niños

La equitación es la práctica de montar a caballo, está considerado como deporte desde principios del siglo XX y lo pueden realizar niños, jóvenes y adultos.

Desde todos los ámbitos coinciden en señalar las ventajas de la equitación para los más pequeños. Es un deporte en el que interviene como parte fundamental un animal, lo que favorece que el pequeño establezca una relación especial con otro ser vivo, aprenda a respetar a los animales y desarrolle una sensibilidad especial derivada de su cuidado y atención.


Los animales como terapia


De hecho los animales se utilizan en muchas terapias con personas mayores, discapacitadas o niños con algún déficit ya que mejoran el estado de ánimo, son motivadores, centran la atención, sirven de entretenimiento, no rechazan a nadie y ayudan a promover el crecimiento personal.

Son solo algunas características que conlleva el trabajo con animales, los perros y los caballos son los más utilizados en estas terapias.

Estas ventajas se pueden aplicar igualmente a un niño sano que se inicie en esta práctica. Muchas veces los padres tienen miedo de que el niño haga deporte con un animal de ese tamaño y también les preocupa que pueda sufrir alguna lesión, debido a caídas o malas posturas. Por ello, si queremos que nuestro hijo disfrute de las ventajas de la equitación sin riesgos, lo más importante es acudir a un centro especializado.

Hasta los 4 años no es recomendable iniciarse en esta práctica, a partir de ese momento el niño puede comenzar su trayectoria ecuestre. A la hora de empezar el instructor ofrecerá al niño el caballo o pony más adecuado a su edad y fortaleza y le ofrecerá las primeras instrucciones para mantenerse encima del animal sin caerse. Antes de todo ello el niño tendrá que familiarizarse con el animal, tocarlo, hablar con él y empezar a establecer esa relación que hará de la actividad algo mucho más satisfactorio para el niño.

Aunque pueda parecer que la equitación, al contrario que otros deportes como el fútbol, la natación o el atletismo, no favorece de igual manera el desarrollo físico, es por el contrario un deporte muy completo. Se trabaja especialmente la zona de las piernas y glúteos, que resultan muy fortalecidos. El elemento postural es también muy importante, la posición de la espalda se tiene muy en cuenta así como la de los brazos respecto al propio cuerpo y al del caballo. La equitación resulta especialmente adecuada para mejorar la coordinación, el equilibrio y el sentido de la orientación.


Ventajas del deporte: desarrollo físico, concentración, autoestima y disciplina


Junto a las ventajas físicas no hay que olvidar la ya citada especial relación con el animal, y la aprehensión de valores como el respeto y la responsabilidad. Pero también el niño desarrolla capacidades como la concentración y la disciplina necesaria para manejar un caballo, además de fomentar su confianza y seguridad.

No existen limitaciones en lo que se refiere a qué niños pueden practicar equitación, si no tienen ningún problema físico que se lo impida cualquiera puede iniciarse en esta práctica. De hecho es recomendable tanto para niños tímidos o encerrados en si mismos, ya que les obliga a abrirse, como para aquellos más nerviosos o inquietos, con el caballo aprenden a centrarse. Habrá que tener en cuenta el peso, tamaño y destreza del niño a la hora de trabajar con un animal u otro y según vaya avanzando irá también adaptándose el caballo que requiera. El objetivo no es que se conviertan en perfectos jinetes, solo que obtengan todas las ventajas que esta práctica les ofrece.