Dermatitis atópica en bebés y niños

Se calcula que un 10% de los niños españoles sufren dermatitis atópica, una enfermedad de la piel que puede tener consecuencias importantes si no se diagnostica a tiempo. En la mayoría de los casos se presenta en bebés de meses, y no desaparece hasta los 8 años de edad.

El síntoma más evidente de que un niño padece esta enfermedad es el picor, que a veces es tan intenso que llega a hacer que los niños se muestren especialmente nerviosos y que, incluso, provoca que los pequeños se hieran rascándose.

Otros de los síntomas importantes de una dermatitis atópica son la sequedad de la piel, el enrojecimiento y la aparición de ampollas que supuran y forman costras.

De todos modos, es importante señalar que estos síntomas no son siempre fijos en el niño, ya que la dermatitis atópica es una enfermedad que tiene brotes, con lo que el paciente no siempre experimenta las mismas sensaciones a lo largo de todo el año.


El tratamiento de la dermatitis atópica


Cuando observamos que un niño tiene síntomas que se pueden corresponder con una dermatitis atópica, debemos consultar con un pediatra, que confirme el diagnóstico.

De todos modos, podemos aplicar unos consejos caseros que ayuden al niño a sentirme mejor.

Por ejemplo, si le cortamos las uñas podremos evitar que se lesione la piel rascándose. También es una buena idea usar cremas hidratantes hipoalergénicas, que no tengan sustancias químicas que puedan irritar aun más la piel del pequeño.

Los brotes de dermatitis atópica también se ven favorecidos por el polvo que se acumula en ciertos objetos de la casa, como las alfombras, y por los cambios bruscos de temperatura. Además, no podemos obviar el estrés como uno de los factores clave en el empeoramiento de un cuadro de dermatitis atópica.


Las causas de la dermatitis atópica


Esta enfermedad es el trastorno cutáneo más habitual entre los niños españoles. Los médicos indican el origen genético, y la inestabilidad del sistema inmunológico, como las principales causas de su aparición. De todos modos, cada vez más se tiene claro que las condiciones del medioambiente en que vivimos, como la contaminación, juegan un papel importante a la hora de favorecer la dermatitis atópica.


Consejos para los pacientes de dermatitis atópica


Los especialistas en dermatología infantil recomiendan que los niños que tienen esta enfermedad cutánea no entren en contacto con todo aquello que les puede provocar un brote, como las altas temperaturas, la sequedad ambiental y el roce de tejidos como la lana.

También resulta muy positivo para los niños con dermatitis atópica que se les bañe unos 20 minutos en agua templada con avena, y que se use para su higiene jabón de pH ligeramente ácido, y sin agentes irritantes.

Después del baño, nunca hay que frotar con la toalla a la hora de secar al niño, y se acabará el proceso con una crema emoliente, que incluya ácidos grasos omega en su fórmula.

Finalmente, se puede consultar con el pediatra la idoneidad de proporcionar al niño corticoides y los inmunosupresores en sus épocas de crisis.