Se calcula que un 10% de los niños españoles sufren dermatitis atópica, una enfermedad de la piel que puede tener consecuencias importantes si no se diagnostica a tiempo. En la mayoría de los casos se presenta en bebés de meses, y no desaparece hasta los 8 años de edad.
El síntoma más evidente de que un niño padece esta enfermedad es el picor, que a veces es tan intenso que llega a hacer que los niños se muestren especialmente nerviosos y que, incluso, provoca que los pequeños se hieran rascándose.
Otros de los síntomas importantes de una dermatitis atópica son la sequedad de la piel, el enrojecimiento y la aparición de ampollas que supuran y forman costras.
De todos modos, es importante señalar que estos síntomas no son siempre fijos en el niño, ya que la dermatitis atópica es una enfermedad que tiene brotes, con lo que el paciente no siempre experimenta las mismas sensaciones a lo largo de todo el año.