El llanto de un bebé puede llegar a ser sumamente irritante para los padres y hay algunos que, a falta de otros recursos y demostrando muy poca capacidad para cuidar de un bebé, lo zarandean fuertemente esperando que así pare de llorar. Esto es un grave error y ante todo es una forma de maltrato.
Las consecuencias de este zarandeo continuo van a ser mucho más perjudiciales que un rato de lloros, por muy irritante que sea.
Las características de un bebé que sufre este tipo de maltrato están bien definidas en el denominado síndrome del bebé sacudido. Suele ser un bebé menor de un año, concretamente la franja de entre los 2 y los 4 meses es la más habitual, ya que es el momento en que los llantos pueden ser más persistentes debido entre otras cosas a los cólicos del lactante.