La mentira infantil

Que el niño mienta es algo que no gusta y suele preocupar a los padres, que niegue haber roto el jarrón o acerca de si ha merendado, hace que los adultos se pregunten porqué no dice la verdad, sobre todo si en casa hay un clima de sinceridad. Pero lo que hay que entender es que la mentira es algo normal dentro del desarrollo psicológico y emocional de los niños y como tal va a pasar por diversas etapas, que habrá que saber gestionar.

Desde el momento en que el niño empieza a distinguir entre si y no, verdadero y falso comienzan las mentiras, pero no porque sí.

Aproximadamente hasta los cuatro años el niño solo busca agradar a sus padres y ya es capaz de darse cuenta de lo que les gusta y lo que no, por tanto mentirá para buscar su aprobación. Sí que se lo ha comido todo o no ha tirado los juguetes al suelo o simplemente no cuenta aquello que puede desagradar a sus padres. En estos casos debemos hacerle comprender que nosotros vamos a seguir queriéndolos igual pero que debe decir la verdad.


La mentira a partir de los 6 ó 7 años


A partir de los seis o siete años el concepto de mentira están muy claro en la mente de los niños, saben cuando mienten y son capaces de sentirse mal por ello. Los motivos de sus mentiras se diversifican también a partir de estas edades. Una de las primeras causas de sus mentiras es precisamente la imitación, se dan cuenta de que sus padre y el resto de adultos mienten, bien sea por complacer a alguien o por no herir sus sentimientos. De hecho suelen ser los propios padres los que inculcan esta forma de actuar en sus hijos cuando les dicen, por ejemplo, que no le digan a la vecina lo feo que es su peinado para no herir sus sentimientos. Por tanto no podemos extrañarnos si luego nuestro hijo utiliza estas mentiras en su propio beneficio.

Otro de los motivos más comunes de la mentira es llamar la atención, esto suele suceder cuando el niño no se siente atendido. Así, aparecen dolores de barriga o de cabeza y mil historias más que solo buscan ser escuchado. Los padres deben valorar en este caso si deben pasar más tiempo con sus hijos.


Muchas veces cuánto más castiguemos al niño más mentirá


La evitación de un castigo concentra otra parte importante de las mentiras, normalmente se produce cuando el niño tiene miedo a sus padres y sus reacciones, temen a su vez perder su amor. En estos casos habría que primar la comunicación familiar, haciendo ver a los niños la necesidad de ser sinceros y de asumir las consecuencias de sus actos, pero sin miedo a perder el cariño de sus padres.

Por otro lado la forma de ser de nuestro hijo también va a influir a que sea más o menos propenso a mentir. Un niño muy activo y con mucha imaginación puede que exagere la realidad, inventando mentiras, mientras que otro niño más introvertido puede que mienta precisamente para evitar enfrentarse a situaciones. Según sea el caso habrá que trabajar con el niño en uno u otro sentido.