La psicomotricidad infantil de niños y bebés

En una misma palabra se aúna cuerpo y mente, psique y movimiento. Una definición formal entendería la psicomotricidad como las “interacciones cognitivas, emocionales, simbólicas y sensorio motrices en la capacidad de ser y de expresarse en un contexto psicosocial”, sería un concepto vital para entender el desarrollo de los seres humanos de forma armónica y equilibrada.

Si lo aplicamos a los niños esta vertiente psicomotriz se desarrolla fundamentalmente a través del juego.

Es el medio mediante el cual el niño se desarrolla con mayor placer. Sus construcciones simbólicas, la forma de relacionarse entre ellos, todo ello afecta a los pensamientos y emociones, además de al propio cuerpo. Se desarrollan a su vez una serie de conflictos psicológicos que hace avanzar el proceso evolutivo infantil.


Las aulas de psicomotricidad infantil


Lo mejor para los niños es poner en práctica todas estas cualidades en las aulas de psicomotricidad infantil que existen en la práctica totalidad de los centros infantiles. Se trata de espacios adaptados para garantizar su seguridad donde el niño puede dar rienda suelta a sus movimientos, pensamientos y emociones, en definitiva, ser él mismo.

En la práctica acciones como correr, saltar o manipular objetos ayudan al niño a situarse a si mismo en relación al mundo que le rodea. Sin darse cuenta va aprendiendo conceptos necesarios para su desarrollo, tales como arriba/abajo, izquierda/derecha, delante/atrás. También el tiempo, con ideas como deprisa, despacio, duración de la actividad, u otras destrezas relacionadas con el equilibrio y la visión, por ejemplo. El juego penetra así en la mente organizando sus mapas conceptuales.

Son varios los tipos de juegos que se emplean para fomentar el desarrollo psicomotriz. En primera instancia las actividades físicas, tales como arrastrase por el suelo, saltar en colchonetas o atravesar túneles, posibilitan una gran descarga de energía. El que niño se deja llevar, vive intensamente las emociones a través de su cuerpo.


Los juegos que desarrollan la psicomotricidad son simples: jugar a las casitas, montar a caballito…


Tras esa descarga física el niño más tranquilo puede practicar el juego simbólico, en este punto se reproducen escenas de la vida cotidiana, es algo a lo que juegan mucho. Jugar a las casitas, hacer como que se monta un caballo… Son juegos a través de los cuales va comprendiendo su realidad y las diferentes situaciones que se dan en ella.

Otra forma de juego para el niño que le ayuda en este desarrollo es el cuento. Pasa de vivir emociones a través del cuerpo mediante la actividad física a vivirlas a través de las historias que penetran en su mente con los cuentos. En estos cuentos debe haber una presentación, un momento de conflicto y finalmente una resolución feliz, el niño vive sus propios miedos y angustias a través del cuento, pero también alcanza la seguridad que llega con la resolución feliz de la historia.

La mejor manera de introducir la psicomotricidad en los niños será por tanto a través del juego. Sesiones divertidas organizadas en diversas fases que ayudan a los niños a experimentar todo tipo de sensaciones, tanto del cuerpo como de la mente, con actividades específicas según su edad y nivel de desarrollo.