Accidentes infantiles: como evitarlos

Conseguir que un bebé o un niño de corta edad se haga mayor sin que haya sufrido ningún percance es una tarea casi imposible. Nuestra misión va a ser minimizar los riesgos y lograr que las caídas y golpes que inevitablemente sufrirá sean lo menos graves posible.

Es el hogar el principal lugar donde nuestro hijo va a sufrir accidentes.

Mientras es un bebé y hasta aproximadamente los cuatro años los riesgos son mucho mayores. Es un periodo de aprendizaje, crecimiento y exploración de su entorno, por lo tanto este entorno deberá ser lo más seguro posible.

En función de su edad la probabilidad de sufrir un tipo u otro de accidente va cambiando. Los accidentes más comunes suelen ser el ahogamiento, las descargas eléctricas, las quemaduras, los golpes y caídas, los cortes y las intoxicaciones. Comprobemos de qué hay que estar más pendiente en cada momento.


De los 0 a los 6 meses


Lo más importante de este periodo es vigilar posibles atragantamientos. Si toma pecho es más complicado que pueda sufrir un episodio de este tipo, con el biberón hay que vigilar que la tetina sea la adecuada. Es más difícil que se caiga ya que todavía no se sostiene, pero aun así debemos procurarle entornos seguros por si rueda, una caída de la cama o del cambiador es bastante probable si tenemos un niño muy movido. La cuna también debe ser segura, si tiene los barrotes muy anchos podría meter la cabeza.


De 6 a 12 meses


En este momento el niño empieza a adquirir autonomía, aparece el gateo y ya se sostienen sobre sus piernas. Es el momento de quitar todo lo que pueda ser peligroso y esté a su alcance. Hay que proteger los enchufes, no dejar aparatos eléctricos ni objetos cortantes a mano y vigilar lo que se lleva a la boca, que en esta época suele ser todo.


De 12 a 24 meses


Al cumplir el año muchos bebés comienzan a dar sus primeros pasos, ha llegado oficialmente el periodo de los golpes y caídas. Es algo habitual y muy difícil de evitar, asumiendo que el niño se va a caer cada pocos pasos de lo que se trata es de evitar que su caída sea lo menos peligrosa posible, proteger los cantos de los muebles que estén a su altura y tener cuidado con las puertas. En este momento hay que empezar a tener cuidado en la cocina, aunque todavía no saben quitar un tapón, no está de más impedir el acceso a los armarios más bajos de la cocina, de igual forma hay que tener cuidado con los cazos, sartenes… los mangos deben estar fuera de su alcance. Por supuesto hay que mantener las precauciones vistas anteriormente. Es lo que pasa con los niños, los riesgos siempre van a ser mayores según van creciendo.


Más de 2 años


Ya pueden subirse a las sillas, al sofá, empiezan a saltar, a correr… hay que prestar atención a los espacios abiertos: balcones, galerías, terrazas y ventanas, deben ser especialmente seguros. Los niños no tienen todavía esa conciencia de riesgo y para ellos saltar de una silla puede ser un juego muy divertido. Ahora sí que hay que extremar las precauciones en la cocina y con los medicamentos, para evitar intoxicaciones. Y lo mismo a la hora de comer, son más autosuficientes y el cuchillo puede ser muy peligroso en manos inexpertas.

Según vayan creciendo irán surgiendo nuevos peligros que se deberán sortear. En todo este proceso, además de tomar las lógicas medidas, va a ser muy importante también que los padres adviertan a sus hijos de lo que entraña riesgo, les enseñen lo que se puede hacer y lo que no, y las consecuencias que pueden sufrir. La prevención y la educación será de esta manera la mejor arma para evitar accidentes.