Hay conversaciones especialmente complicadas en las relaciones de cualquier familia, es ese momento en el que toca hablar de sexo, de como se hacen los niños o de la muerte. Cada familia decide cuando ha llegado la hora, esto puede ser cuando se considera que el niño ya está preparado para ello, en función de su desarrollo y maduración, o porque las circunstancias propician que sea así, por ejemplo ante la muerte de un familiar.
En general lo mejor es que sean los padres los que afronten estos temas y no esperar a que el niño descubra por su cuenta determinadas cuestiones, ya que puede que el enfoque que reciba no sea el mejor o el que nosotros queremos para él.
Por ello los temas peliagudos hay que ir tratándolos poco a poco y desde el principio, adaptándonos a su edad y sin esperar a que ‘sea mayor’ ya que entonces puede que sea tarde.