Consecuencias del rechazo parental en la conducta de los niños

Puede que a muchos les resulte extraño pero son muchos los casos de niños que se sienten rechazados por sus padres y esto acaba repercutiendo de forma determinante tanto en su forma de actuar como en sus emociones y sentimientos.

Hay veces en que los padres están tan centrados en su vida y sus preocupaciones laborales o de otro tipo que sin darse cuenta ignoran a sus hijos o mantienen con ellos una relación superficial.

Los padres no tienen tiempo para sentarse con sus hijos, hablar, jugar… en definitiva hacerles saber que les quieren y les importa como están.


El rechazo parental es mucho más común y frecuente de lo mucha gente piensa


Este tipo de conducta, más común de lo que pensamos, afecta al niño que empieza a pensar que no es importante, no es nadie ya que no le importa ni a sus padres. Se siente poca cosa y su autoestima cae en picado, es un niño falto de confianza e inseguro y esto se reflejará en sus relaciones sociales e incluso en su rendimiento académico.

Otras veces el rechazo se da porque los padres sufren algún tipo de problema como puede ser alcoholismo, depresión, algún trastorno mental… En este caso hablaríamos de niños descuidados y es una situación que en ocasiones puede requerir la intervención de los servicios sociales. Al niño que vive esta situación le sucede como al anterior, no se valora ya que sus padres tampoco lo hacen. Sentirse invisible hace que se desenvuelva en su vida cotidiana de la misma manera, además con una gran carencia en el plano afectivo.

Una tercera situación en que los niños se sienten rechazados es cuando hay por medio una separación. Suele pasar que son utilizados como moneda de cambio por sus padres, pero además aquí entra en juego el componente de la traición. El niño se siente traicionado y abandonado por el padre que se va, una traición que se incrementa, por ejemplo, si se incumple el régimen de visitas o alguna de las muchas promesas que se suelen hacer en estos casos. En esta situación la conducta del niño es fundamentalmente de desconfianza hacia todo el mundo, acaba creyendo que nadie le aceptará lo que también repercutirá en su autoestima.


El rechazo parental afecta, y mucho, a la autoestima del niño


Una característica común a todos estos niños es que acaban pensando que la culpa de que sus padres sean así con ellos es suya, que algo malo tienen que tener para que sus padres les rechacen de esa manera. Son niños con un pronunciado sentimiento de soledad y abandono, y junto con todo lo citado anteriormente, se sienten también avergonzados de sí mismos. Por lo tanto desarrollarán conductas negativas, con tendencia a la autodestrucción cuando llegan a la adolescencia, sin olvidar que serán niños depresivos, con poca capacidad para enfrentarse de forma positiva a los conflictos diarios y con dificultades a la hora de afrontar las relaciones interpersonales.

Como podemos comprobar la forma en que tratemos a nuestros hijos va a ser determinante para que aprendan a construir una imagen adecuada de si mismos, y desarrollen conductas positivas y equilibradas.