Un fin de semana sin hijos

Durante los primeros años del pequeño es necesario que los padres estén continuamente atentos a él, a sus cuidados, rutinas, horarios… pero conforme el pequeño va creciendo puede ser el momento de que sus padres decidan tomarse un pequeño descanso para dedicarse a ellos mismos y a su relación.

Sin embargo, son muchos los que no se atreven a irse de viaje, aunque sea un fin de semana, porque tienen miedo de dejar a sus hijos a cargo de otras personas, ya que, a veces sienten como si les abandonasen.

Aún así, es importante que los padres abandonen estos pensamientos y entiendan que, por dejar un par de días a sus pequeños, no significa que les quieran menos o que no sean lo más importante que tienen en sus vidas. Y es que, tienen que ser conscientes de que estar bien con su pareja será importante también para la vida en familia, ya que si los padres no están felices, los niños acabarán notándolo. Es por ello que no deben esperar a tomar la decisión de hacer un pequeño viaje cuando ya estén en crisis, sino anticiparse a que lleguen los problemas.


La relación de pareja es muy importante, ya que de ella depende la estabilidad familiar


De este modo, el hecho de irse un fin de semana les servirá para renovar fuerzas, hablar tranquilamente, estrechar los lazos de su relación, poder disfrutar de no tener horarios, de dormir juntos y tranquilos sin pensar en todas las tareas del hogar y las necesidades de los pequeños, caminar agarrados de la mano, disfrutar de aquellas aficiones que compartían cuando tenían tiempo… Sin duda, les será muy beneficioso para mantener viva su relación. También les servirá para reencontrarse a nivel personal y con su pareja, hacer una pausa y olvidar por unos días la rutina. Finalmente volverán a casa con las pilas recargadas.

Aun así y como es frecuente que a los padres les cueste dar este paso, pueden seguir ciertos consejos para dejar todo bien atado e irse con total tranquilidad. En primer lugar, deberán dejar a sus pequeños con una persona de confianza y que conozca bien a los niños, que se entienda bien con ellos y sobre todo, que tenga disponibilidad horaria y sea responsable.

Además también será importante contactar con alguien más por si esta persona tuviera algún problema de última hora, algún imprevisto, ya que, así no habrá problema, puesto que, esa persona de “respaldo” también estará avisada y los padres ya habrán hablado con ella para saber si tiene disponibilidad durante esos días.

Una vez que se decida con quién se quedará el pequeño, ya sea familia, amigos o alguien que esté a menudo con él, será muy útil que los días previos a que se vayan los padres, pase más tiempo de lo normal con el niño. Durante este tiempo también será conveniente que los padres le expliquen exactamente las rutinas diarias, las costumbres y manías del pequeño, dónde está cada cosa, qué pueden necesitar o, por ejemplo, qué suele hacer el niño cuando se enfada, ya que son cuestiones más específicas que sólo los padres pueden saber.


Hay que dejar por escrito los contactos de emergencia y dónde está la documentación del niño


Otro detalle importante que deberán tener en cuenta los padres será dejar una lista de teléfonos o contactos importantes y que pueden quizás ser necesarios durante su ausencia. El contacto del pediatra del pequeño, del servicio médico, de familiares cercanos, amigos de confianza, así como de los bomberos, de la policía… además del teléfono del hotel donde estarán y de sus teléfonos móviles. Se colocará este listado en un lugar de la casa visible. Además de estos contactos también será conveniente indicarle a la persona responsable dónde está la documentación del pequeño, así como el botiquín por si ocurriese algún accidente.

Por último, es conveniente que los pequeños sepan que sus padres se van durante unos días, aunque, en ocasiones, no hay que decírselo con mucha antelación para que no se pongan nerviosos o inquietos. Se le explicará lo que quieran saber, aunque siempre quitándole importancia y haciendo hincapié en lo divertido que será estar unos días con la persona que se queda con ellos, animándoles a hacer dibujos o manualidades que luego puedan enseñarles a su vuelta, por ejemplo, o anticipándoles algún plan que harán esos días, mientras no están sus padres, para desviar la atención sobre su ausencia.

Finalmente durante el viaje será aconsejable que los padres hablen a menudo con los pequeños, para que les cuenten qué han hecho, aunque sin atosigarlos, llamándolos a todas horas, ya que así acabarán por echarlos demasiado de menos y se pondrán tristes.