Educar el sentido del humor de los niños

Una persona con sentido del humor es por lo general una persona inteligente, ¿y eso porqué? pues porque el sentido del humor es esa capacidad de responder de forma positiva ante las complicadas situaciones de la vida. Afrontar los problemas con una dosis de sentido del humor nos ayuda a superarlos con menores secuelas emocionales y además es un arma ideal para relajar momentos de tensión, solucionar conflictos de forma más sencilla y minimizar el estrés.

No hablamos del que siempre está haciendo chistes o del payaso de la clase, el humor es precisamente una señal de inteligencia porque el que lo posee sabe distinguir los momentos en que se debe aplicar y como.

La persona con sentido del humor mira las cosas desde una perspectiva más amplia, pudiendo distanciarse del problema y analizarlo con mayores miras.


Es importante que sepa reírse de sí mismo


Pero es que además las personas con sentido del humor saben reírse de si mismas, lo que indica que esa personas se acepta tal y como es, reconoce sus imperfecciones y sabe que puede equivocarse. Este humor le ayudará también a no tener miedo ni compadecerse de si mismo, y es que no es posible sentir lástima de uno mismo mientras nos reímos ¿verdad?

Por todo ello el sentido del humor es una de las herramientas más válidas y útiles que podremos trabajar con nuestros hijos. La capacidad de reír es algo inherente al ser humano, uno de los primeros gestos que realiza un bebé es precisamente la sonrisa y con esto es con lo que podemos empezar a trabajar, devolver esa sonrisa y más incluso, hará que el niño se acostumbre a caras agradables y sonrientes, es el primer paso.

Según vayan creciendo los niños aprenderán rápidamente que hay cosas más graciosas que otras. Al principio va a ser muy fácil hacerles reír, pero a la vez que crecen deberemos adaptar también nuestro humor con ellos y no dejarlo de lado. Con pocos meses se reirán ante una cara graciosa, con dos años habrá que jugar al escondite y con cinco años podremos plantear de forma seria preguntas absurdas, por ejemplo.


Es importante tener una actitud alegre y con humor con los niños no sólo en los primeros años


Lo importante es que esas ganas de bromear, jugar y reír con los hijos no se pierdan, porque normalmente van desapareciendo. Como padres empezamos a pensar que tenemos responsabilidades mayores, que no se puede estar todo el día jugando, y acaba habiendo más reproches que risas.

El humor y la risa deben forma parte del proceso educativo de nuestros hijos durante toda su vida, tener sentido del humor y bromear no está reñido con ser un buen padre, un modelo de comportamiento para sus hijos. Si nos paramos a pensar en el día a día son muchas las situaciones que incitan al humor, una noticia curiosa que da pie a un chiste, un objeto que se cae de repente, un golpe tonto… se trata de potenciar el buen humor en el hogar, sin caer en el lado más frívolo. Ver la vida con ojos alegres va a ayudar a nuestros hijos a enfrentarse de otro modo a los acontecimientos de su vida.