¿Qué sentido tiene dar premios a los niños para que coman?

Cuando un niño muestra dificultades a la hora de comer, sus padres suelen sentir angustia y preocupación. Resistirse a probar determinados alimentos, comer de forma muy lenta o no ser capaz de estar sentado en la mesa durante la comida, son algunas de las conductas que más irritan a los adultos.

Cuando se presentan de forma continuada, en muchas ocasiones se pierden los nervios y ante la desesperación, se acaba cediendo ante las preferencias del menor.

Los niños aprenden por consecuencias, cuando se dan cuenta de que sus conductas provocan cosas agradables, las repiten una y otra vez. Sin embargo, cuando sus comportamientos no obtienen resultados positivos o generan algo indeseable para ellos, dejan de realizarlos progresivamente hasta que se extinguen.


Errores habituales de los padres a la hora de dar de comer a sus hijos


Algunos padres por cansancio, falta de tiempo o desconocimiento, comenten algunos errores cuando enseñan hábitos alimenticios a sus hijos:

Dar de comer al niño alimentos que le gustan y dejar de lado los que le desagradan.

Es este caso, el niño aprende que negándose a comer, sus padres ceden a sus deseos (lo estamos reforzando). Se recomienda no proporcionar otro alimento sustitutivo, simplemente retirar la comida y volverla a ofrecer más tarde.

Perder la paciencia.

Gritar, amenazar o sermonear a su hijo. Los niños todavía no tienen capacidad de reflexión, con esas conductas podemos generarles mayor obstinación y bloqueo. Es necesario mantener la calma.

Plantear consecuencias que nunca se cumplen.

El niño normaliza rápidamente la amenaza, le hacemos inmune a ella y no nos sirve cuando no se lleva a cabo.

Estar durante mucho tiempo al lado del niño, insistiendo para que coma.

Recibir atención es algo siempre deseado por los menores, pueden utilizar su comportamiento para obtenerla.

En la infancia aún no se poseen habilidades como el autocontrol o la autocrítica, las conductas se regulan en función de lo que se obtiene a cambio de ellas. Los padres deben tener especial cuidado, no reforzar aquellas actuaciones indeseables de sus hijos. Un niño que a cambio de llorar obtiene que sus padres no le den fruta, aprenderá que llorar es un comportamiento valioso y lo repetirá siempre con ese fin.


¿Cómo se puede ayudar al niño que tiene resistencias a la hora de comer?


Una de las técnicas más utilizadas y eficaces en la modificación de conducta infantil es el refuerzo positivo. Consiste en la administración de consecuencias positivas (premios) cuando el niño realiza una conducta deseada, con ello se consigue que ese comportamiento se repita. Estos premios deben administrarse inmediatamente después de que el niño realice el comportamiento que deseamos (comerse el alimento) y pueden ser de diferentes tipos:

– Sociales (alabanzas): ¡qué bien estás comiendo hoy!, ¡que orgullosa estoy de ti!

– Materiales: una chuchería, un postre apetecible, un juguete…etc

– De actividad: ir al parque, salir con los patines…etc

– Cambiables: conseguir puntos que acumula y puede canjear por aquello que desee.

El sistema de premios ha de ir espaciándose en el tiempo, hasta que finalmente desaparezca ya que un exceso de refuerzos positivos puede hacer que el niño utilice la comida para obtener cosas de sus padres.

El efecto de administrar refuerzos inmediatos a la conducta, es intenso y duradero. Una vez que el menor ha aprendido que ese comportamiento es positivo, lo interioriza para siempre.