Tener un hijo superdotado puede ser el deseo de muchos padres que, como la mayoría, piensen que su pequeño destacará en los estudios y tendrá el éxito laboral garantizado. Sin embargo, este mito está bastante alejado de la realidad, ya que los niños con altas capacidades intelectuales (AACC) o niños superdotados pueden llegar a sufrir graves consecuencias de las limitaciones de un sistema educativo que actualmente no está adaptado a ellos.
Según los especialistas, la superdotación viene determinada genéticamente, aunque otros componentes ambientales como el entorno donde crece el niño y la motivación que recibe son decisivos en el desarrollo de la alta capacidad.
¿Cómo se reconoce a un niño con altas capacidades?
No existen unas características físicas claras que indiquen la superdotación, no necesariamente es el típico niño sabelotodo que acostumbramos a ver en televisión.
En ocasiones, el niño muestra conductas distraídas, falta de atención en clase o comportamientos disruptivos que pueden confundir al profesorado y a los propios padres, en el fondo son una muestra del rechazo que siente hacia un lugar en el que se aburre profundamente.
Una gran parte de los profesores, reconoce su incapacidad para identificar a estos niños y a pesar de que el Ministerio tiene sus protocolos de actuación con respecto a estos casos, la detección de esta anomalía, es muy baja. La gran mayoría de alumnos superdotados pasan desapercibidos en la escuela.