Superdotados: ¿un premio o una condena?

Un niño superdotado es un niño que posee altas capacidades en las áreas intelectual y cognitiva. En principio estas capacidades se medían con la prueba del coeficiente intelectual, pero hoy se sabe que un simple número no basta para determinar a un niño superdotado y que habría que tener en cuenta muchos más factores.

Cuando son bebés no es fácil distinguir a un niño superdotado del resto, hay bebés que están avanzados respecto a su edad y otros que exhiben un talento precoz en determinadas áreas, como la música o la pintura.

En general todos estos niños son activos curiosos y despiertos, pero no debemos olvidar que, además, tiene unas necesidades psicológicas y emocionales que son las propias de su edad y que no se deben descuidar.


Es muy importante que el niño se socialice correctamente


Es precisamente la vertiente emocional una de las más importantes a la hora de que un niño superdotado no se convierta en una condena para los padres. Estos deben ser muy conscientes de que su hijo es algo más que una gran inteligencia, tiene que jugar y comportarse como un niño de su edad, con las rabietas y caprichos propios y esto es algo que los padres deben comprender y respetar.

El que un niño sea superdotado puede representar una gran ventaja para su vida adulta si se lleva bien desde que es pequeño, para ello es necesario que el niño no contemple su capacidad como algo negativo, sabe que es diferente pero debe valorarlo como algo bueno para su vida y ahí es donde los padres y profesores entran en juego, haciéndole ver el valor de sus capacidades pero sin perder de vista que solo es un niño.

Para lidiar con esta gran inteligencia hay que conocer cuáles son sus características principales y que problemas suele llevar asociados con el fin de minimizarlos lo máximo posible. Uno de los rasgos más particulares es su gran capacidad de aprendizaje y curiosidad, los padres deben estar prepararos para sesiones interminables de preguntas, hay que vivir con ellas sin que el niño piense que es pesado o raro por ello. Si necesita más estímulos hay que procurárselos, tanto en casa como en la escuela para evitar que se aburra.


Hay que evitar la sobrepresión a los superdotados


Lo que se debe evitar es presionarle en exceso, debido a su capacidad estos niños son de por si exigentes y perfeccionistas y si no consiguen sus metas se pueden frustrar, por lo que los padres deben ante todo acompañarle en el proceso.

Son niños muy sensibles y su don les puede llevar en ocasiones a ser marginados o etiquetados como raros, hay que estar atento ante estas posibles situaciones y fomentar la autoestima del niño, para evitar que esto acabe minando su personalidad.

En el resto de áreas de la vida hay que tratarlo como a un niño más, por ejemplo no se le deben permitir conductas no aceptables solo porque sea más inteligente, tampoco se le puede poner de ejemplo constante ni comparar con el resto.

Lo fundamental para que la superdotación no se convierta en una pesada carga para todos en la familia, es que esta sea asumida con normalidad, adaptándose a las necesidades particulares del niño pero sin que esto le impida llevar una vida normal.