La siesta es una de las tradiciones españolas que los padres acostumbramos a nuestros hijos a seguir desde prácticamente su nacimiento. Y la verdad es que no es solo un ratito para dormir, la siesta ofrece numerosas ventajas, tanto a niños como a mayores.
En opinión de los expertos en desarrollo infantil, los niños deben hacer la siesta hasta que al menos tienen 5 años, ya que les resulta tan beneficioso a nivel de crecimiento como una alimentación correcta.
Pero también debemos tener en cuenta que los beneficios de la siesta para los niños van más allá de recargar sus pilas energéticas.
De hecho, este rato de relax les ayuda a no caer en problemas de hiperactividad, depresión y ansiedad infantil, que son más frecuentes de lo que pensamos entre pacientes infantiles.
También descansar menos de 1 hora después de comer ayuda a que los niños estén neurológicamente más despiertos, lo que influye en su capacidad de asimilación de conocimientos y estímulos externos que puedan recibir.