Las pesadillas: un reflejo de los miedos de los niños

Todos nos hemos despertado a media noche, asustados, inquietos y desconcertados tras haber tenido una pesadilla. La temática puede ser diferente pero la sensación de angustia al salir del sueño es común a todas las pesadillas.

Mientras dormimos pasamos por diferentes fases con distintos niveles de profundidad en el sueño, una de ellas se llama fase REM y es en la que solemos soñar.

La pesadilla es un trastorno del sueño denominado parasomnia, en la fase REM tenemos un sueño que nos genera miedo o ansiedad que puede llevar a despertarnos.

Son más frecuentes en la segunda mitad de la noche, mientras el cuerpo está inmóvil y se presentan movimientos oculares rápidos.


Tener pesadillas es normal salvo si afectan a la vida real del niño


Se describe normal su presentación en las personas, a menos que empiecen a suponer un deterioro en la vida social, familiar o de trabajo. En la infancia se presentan con mucha frecuencia, en algunas ocasiones al niño le cuesta dormirse de nuevo y comienza a acumular cansancio. También puede presentar irritabilidad y miedo a dormir solo.

Las pesadillas suelen darse en periodos en los que al niño le preocupa algo. Durante el sueño, la memoria continúa trabajando, extrayendo recuerdos y mezclándolos con las emociones más profundas.

Los expertos afirman que el sueño es la continuación de las vivencias y emociones que experimentamos. Involuntariamente recreamos aquello que está en nuestro subconsciente ya sea porque nos afecta mucho o porque simplemente ha pasado por nuestra vida.

En los niños, se cree que las pesadillas son la forma en la que gestionan emociones que todavía por su escasa madurez no son capaces de controlar. Podría decirse que son un aprendizaje para el niño.


¿Qué hacer si mi hijo tiene pesadillas?


Tras haber tenido una pesadilla, los niños pueden despertarse gritando, fruto de su angustia y de estar tremendamente asustados. En esos momentos es importante:

– Tranquilizarlo: Hay que ayudarle a que salga de la ansiedad y supere el miedo

– No ridiculizar al niño: en ese momento lo único que se debe hacer es rebajar su ansiedad. No es necesario intentar convencerle de la irracionalidad de la pesadilla sino ser capaz de entenderlo

Si un niño repite y tiene frecuentes pesadillas en un periodo de tiempo, será importante averiguar si algo le está preocupando. Abordar con tranquilidad el tema e indagar en aquellas cosas que está viviendo y puedan incomodarle o angustiarle.

Se recomienda dejar que el niño cuente la pesadilla, que se exprese y canalice las emociones, los padres simplemente han de acompañarle y serenarle.

El uso de un peluche o muñeco para dormir puede resultar adecuado para ayudar a que el niño se sienta más seguro y afronte la situación.

Existen algunos hábitos que pueden mejorar la calidad del sueño de los niños:

1) Facilitar que tenga una vida estimulante.

2) Llevar una buena alimentación.

3) Evitar las bebidas y alimentos estimulantes.

4) Establecer rutinas (hora de ducharse, hora de jugar…).

5) Intentar mantener una hora fija para dormir.

6) Evitar tensiones en la hora previa a dormir.

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Referencias: Wikipedia | Medline