A menudo los padres afirman haber dado un cachete a sus hijos para que se comporten adecuadamente y defienden este gesto como una forma muy eficaz para que aprendan a distinguir entre lo que está bien y no. Sin embargo, aunque es cierto que educar a los hijos es una tarea ardua y complicada, esta no es la solución, ya que, además de que se vulneran los derechos de los pequeños, no es en ningún caso eficaz.
Hay padres que confían en esa forma de actuar, a pesar de que tan sólo es una muestra de agresividad y que no suele conseguirse el objetivo.
Y es que, el pequeño cuando recibe el cachete realmente se apena por la situación y, aunque sabe que fue el resultado de un mal comportamiento, puede llegar a sentir falta de afecto por parte de sus padres e incluso perder la confianza en ellos, ante el miedo a este gesto.
Es siempre mejor premiar que castigar: es más difícil pero se obtienen mejores resultados
Por ello, es fundamental que los padres eduquen de una forma racional, basada en el diálogo, explicándole y argumentándole al pequeño el por qué de que no deba hacer esto o aquello. Aunque es cierto que hacerlo de este modo implica más paciencia y perseverancia se obtienen importantes resultados. Y es que, no hace falta recurrir a la agresividad, sino que otros gestos como por ejemplo dejar al pequeño en su cuarto sin que pueda jugar con sus amigos para que piense sobre lo mal que se ha portado, serán más útiles y eficaces que un cachete puntual. Por ejemplo, en algunos casos, este gesto no hará sino que el pequeño se vuelva rebelde y se enfade con sus padres y por consiguiente repita ese comportamiento indebido.
Aun así y a pesar de lo dicho, el castigo de carácter físico sigue siendo actualmente muy común y se da en todo el mundo. Ante ello, el Consejo de Europa quiso actuar en relación a este aspecto, ya que es una cuestión a la que debe ponérsele solución y que los padres antes o después deben comprender. Se trata de la campaña que lleva el título “Tus manos son para proteger: levanta la mano contra el castigo físico". Esta iniciativa pretende concienciar y sensibilizar sobre la importancia de acabar con estas prácticas que son tan comunes en la sociedad actual. Dicha campaña se dirigía especialmente a padres pero también a educadores y a adultos en general, aunque no tuvieran hijos, ya que, sí que pueden tener sobrinos, primos o algún pequeño al que cuidar.