Hay aspectos de la personalidad del niño que quedan establecidos desde el mismo momento de la concepción. Al igual que el color de ojos o la constitución física, que un niño sea más o menos extrovertido está determinado desde que nace.
Como padres podemos influir en determinadas cuestiones intentando reforzar lo positivo y minimizar lo negativo, para ello debemos conocer bien a nuestro hijo y saber como actuar con él.
También es cierto que el ejemplo que le ofrecemos como padres va a ser determinante a la hora de modelar su personalidad. Así, puede que su actitud negativa no sea solo fruto de su carácter, sino porque nosotros también lo somos y esto acaba influyendo en su forma de comportarse.