El objetivo de todo padre es conseguir que sus hijos adquieran las capacidades necesarias para saber desenvolverse en la vida. Niños con personalidad, que sepan hacer las cosas por si mismos y no dependan del resto. Pero lograr esto no es fácil.
En primer lugar dependerá mucho del carácter y la personalidad del niño.
El padre debe saber hasta donde puede llegar su hijo y no forzarle a ser alguien que no puede ser, ya que esto es contraproducente para el niño. En lugar de incrementar su seguridad y confianza en si mismo, lo que hace es disminuirla.