Síntomas y tratamiento para la anemia en los niños

La anemia es una afección que acontece cuando el cuerpo no tiene suficientes glóbulos rojos sanos, estos glóbulos son los responsables de llevar el oxígeno a los tejidos del cuerpo, por lo que su disminución o carencia trae consigo síntomas como la fatiga o el dolor de cabeza. La más habitual es la anemia ferropénica, los glóbulos rojos disminuyen a causa de la falta de hierro, es también la más frecuente en niños.

El hierro se obtiene fundamentalmente de los alimentos.

También el organismo recicla el que se encuentra en los glóbulos rojos más antiguos, pero lo normal cuando hay un déficit de hierro es que es sea debido a la alimentación, aunque también puede ser que el cuerpo tenga problemas a la hora de asimilar este elemento.


Los bebés y niños necesitan grandes aportes de hierro en su dieta


Los bebés nacen con una reserva de hierro almacenado pero su rápido crecimiento especialmente en el primer año hace que requieran de una cantidad elevada, aproximadamente necesitan absorber 1 mg de hierro al día. Los niños y bebés solo consumen el 10% del hierro presente en los alimentos, por lo que para llegar a la cantidad adecuada deben consumir hasta 10 mg diarios. Los bebés alimentados con leche materna presentan en este sentido ventajas respecto al resto ya que el hierro obtenido a través de su madre se absorbe tres veces mejor.

Este tipo de anemia suele afectar especialmente a niños de entre 9 y 24 meses de edad, y entre ellos a los que toman leche de vaca ya que esta contiene menos hierro que muchos otros alimentos y además dificulta la absorción del mismo.

Sea cual fuere el motivo que provoque esta carencia, los síntomas que se observan son los mismos en todos los casos. Los padres deberán estar atentos a las señales con el fin de tratar este déficit cuanto antes. Entre los indicadores de la anemia se encuentran: coloración azulada o pálida de la esclerótica de los ojos (el blanco de los ojos), sangre en las heces, uñas quebradizas, fatiga, dolor de cabeza, disminución del apetito, piel pálida, dificultad para respirar, irritabilidad, debilidad y dolor lingual.


Diagnósis y tratamiento de la anemia infantil


El médico será el que realice el diagnóstico definitivo, para ello llevará a cabo un análisis de sangre en el que se medirán entre otros los hematocritos, que miden el volumen total de la sangre compuesto por glóbulos rojos, la ferritina o cantidad de hierro almacenada en el cuerpo, el hierro sérico que muestra la cantidad de hierro en la sangre, o la capacidad total de fijación del hierro.

Con los resultados en la mano se iniciará un tratamiento que consiste básicamente en suplementos de hierro que se toman por vía oral, es mejor tomarlo con el estómago vacío aunque hay personas que sienten malestar por lo que lo ingieren con los alimentos. Al margen de estos suplementos será muy importante cambiar la dieta del niño con anemia a fin de incluir en ella alimentos ricos en este elemento para evitar que se reproduzca de nuevo. Así, será necesario ingerir yema de huevo, legumbres, carnes, especialmente el hígado, pasas, espinacas o pescado.