Objetos pequeños: una amenaza a los bebés

Asfixia, tos o dificultad respiratoria son algunos de los síntomas que pueden indicar que un niño ha tragado o inhalado hacia la nariz un objeto extraño. En esos momentos es muy importante mantener la calma y llamar inmediatamente al médico de urgencias o pediatra.

Los niños pequeños, a partir de los 7 meses, son muy curiosos y se esfuerzan por investigar nuevos objetos.

Es normal que cojan todo lo que está a su alcance e intenten introducir los objetos en su boca para experimentar con ellos. Esta acción, es un gran riesgo para la salud del bebé, ya que puede producirse una obstrucción de las vías respiratorias, con consecuencias fatales.


¿Cómo evitar este tipo de accidentes?


Las dos recomendaciones básicas que existen para evitar accidentes en los niños con objetos peligrosos son: precaución y supervisión.

PRECAUCIÓN

1. La cocina.

La cocina es uno de los lugares más peligrosos de la casa para los niños, en ella existen multitud de objetos que pueden ser un riesgo.

Es importante que nunca manipulemos cosas calientes, objetos cortantes o utensilios punzantes con el bebé en brazos. El niño siempre debe estar en su sillita o cochecito cuando el adulto realice estas acciones.

Los cajones y puertas menos altas, deben estar aseguradas con cierres de seguridad, ya que en cualquier lugar el niño puede hallar un objeto pequeño y potencialmente peligroso. Tampoco debemos permitir que juegue con bolsas de plástico, papeles o cuerdas, por lo que no deberán estar a su alcance.

2. Objetos pequeños y potencialmente peligrosos.

Cuando tenemos un niño pequeño, debemos aprender a mirar los objetos desde otro punto de vista, prestando atención a las piezas pequeñas que contiene y el peligro que puede representar. Algunos ejemplos son:

– Pilas

– Además de los propios juguetes del niño, es importante revisar aquellos objetos cotidianos que contienen pilas, tales como los mandos de t.v, ya que los niños pueden ser muy hábiles a la hora de desmontar y hallar ese elemento peligroso.

– Botones, ojos, nariz u otros elementos decorativos de los juguetes o de la ropa del niño, pueden convertirse en un objeto peligroso si consigue desprenderlo

– Cerillas, mecheros y colillas

– Joyas pequeñas o con piezas que puedan tragarse con facilidad

– Cualquier otro objeto que contenga elementos pequeños que el niño pueda desprender con su manipulación.

SUPERVISIÓN

El segundo elemento en la prevención de accidentes con objetos pequeños en los bebés consiste en la supervisión. Especialmente en niños de hasta 3 años, se hace necesario el acompañamiento y la supervisión continuada. Nunca debemos dejar a un niño pequeño solo, ya que existen multitud de objetos cotidianos que pueden generar un grave accidente en manos de un pequeño ser sin conciencia de peligro.

En la cocina, en el baño, en la sala de estar… deberemos prestar atención en todo momento a nuestro pequeño favoreciendo que el entorno esté lo más protegido posible. En estos años, su seguridad ha de ser la prioridad.