Bebés y niños con catarro o resfriado

El catarro es una de las constantes en los niños pequeños que empiezan su etapa escolar, ya que en las aulas los virus están a la orden del día, y cualquier crío los puede pillar.

Un catarro es una enfermedad de origen vírico, que puede afectar al niño más de una vez al año, ya que los virus que lo originan son muy variados.

De hecho, existen más de 200 variedades. Precisamente porque hay tantos, es muy fácil que los niños se contagien al ir al colegio.

Los niños se acatarran porque entran en contacto con estos virus pero, sobretodo, porque su sistema inmunitario se está desarrollando, y también porque sus vías respiratorias también tienen que ampliarse. Precisamente por aquí es por donde entran los gérmenes y, por lo tanto, son la zona más atacada por el catarro. Así, se puede decir que los principales síntomas de esta enfermedad son la dificultad respiratoria, la tos, los mocos, y la obstrucción nasal.


Cómo tratar el catarro infantil


Al ser de origen vírico, el catarro no se puede eliminar mediante la ingesta de medicamentos. La única opción posible para su curación es esperar a que las defensas del organismo del niño lo eliminen, y este proceso acostumbra a durar una semana, más o menos.

Eso sí, los padres pueden aplicar ciertos remedios naturales que ayuden a paliar los principales síntomas del catarro, que son los que pueden agobiar más a un niño. Por ejemplo, es necesario asegurarse de que no tenga la nariz tapada, para evitar una posible sinusitis. Los lavados nasales con suero fisiológico son una de las mejores maneras para conseguirlo, igual que procurar que la habitación del pequeño esté bien humidificada.

Asegurarse de que el niño está bien hidratado y proporcionarle alimentos como el pescado, los huevos, los caldos y frutas ricas en vitamina C son también una buena ayuda a la recuperación de los niños con catarro.

Hay que calcular que un niño pequeño puede tardar unas dos semanas para recuperarse de un catarro, pero si el niño lleva 48 horas con fiebre alta, o es un bebé, hay que acudir al médico para que haga una valoración de su estado de salud.


¿Gripe o catarro?


Muchas veces es difícil delimitar la diferencia entre que un niño tenga una gripe o un catarro. La verdad es que la gripe también tiene el mismo origen vírico, pero es mucho más contagiosa y, lo más importante, en los niños acostumbra a cursas con problemas estomacales y digestivos, como diarrea y vómitos.

De todos modos, hay que decir que el tratamiento del catarro y de la gripe (salvo casos especiales) son muy parecidos, al ser ambos causados por un virus.


La importancia de la prevención


Es evidente que prevenir una enfermedad de origen vírico, como el catarro, es prácticamente imposible por su gran facilidad para el contagio. De todos modos, los padres pueden adoptar unas medidas básicas de higiene, que intenten paliar la diseminación del virus en lo posible, como lavar muy bien las manos del pequeño, especialmente después de sonarse la nariz.