El chupete: consecuencias para el habla de los niños

El reflejo de succión calma y tranquiliza al niño y previene la muerte súbita en los lactantes, estas son dos de sus grandes ventajas. Pese a todo hay muchos detractores del chupete, uno de los motivos más comunes que se exponen es que causa deformaciones en el paladar y por tanto problemas en la dentición e incluso en el habla.

Son todas estas cuestiones que hay que matizar.

Efectivamente el uso prolongado del chupete provoca que los dientes inferiores vayan poco a poco hacia dentro, mientras que los superiores se separan y sobresalen. Esto acaba provocando que ambas filas de dientes no cierren bien. El abuso del chupete también puede producir que debido a la posición de la lengua y los movimientos de determinados músculos de la cara, la dentadura pierda paralelismo. Para que todo ello suceda recientes estudios hablan de un periodo diario de seis horas de constante presión, además de tratarse de un proceso que solo sería irreversible si se mantiene más allá de los tres años.


Hay que retirar el chupete como máximo a los 2 ó 3 años


Es en torno a los 2 ó 3 años cuando se empieza a retirar el chupete para evitar precisamente estas malformaciones, pero habrá que tener en cuenta la maduración del niño antes de dar el paso. No sería recomendable quitarle el chupete a la vez que el pañal, por ejemplo. A partir de esta edad es habitual que los niños reclamen el chupete cuando tienen sueño o están cansados, negárselo puede ser contraproducente ya que hay pocas cosas que tengan ese efecto tranquilizador en el niño. De hecho esa necesidad de succión acaba desapareciendo sola en torno a los cuatro años y en la mayoría de los niños no quedan secuelas.

Pese a todo, si el chupete forma parte del niño puede que si que haya problemas. La posición de los dientes y el desarrollo de determinados músculos de la boca, así como la colocación de la lengua, van a provocar que el niño no articule correctamente los sonidos o no sepa pronunciarlos. Si se tiene el chupete en la boca de forma continua no se ejercitan todos los músculos de la cavidad bucal y por tanto es fácil que se desarrollen trastornos del lenguaje, sobre todo si se mantiene pasados los tres años.


Alteraciones en el lenguaje como consecuencia del uso excesivo del chupete


Si no se retira su uso a tiempo la boca del niño tenderá a estar abierta, con los labios separados, y respirando por la boca, la lengua tampoco ascenderá como debe para producir determinados sonidos. Debido a ello las alteraciones más comunes que se producirán en el lenguaje del niño serán las dislalias, defectos de pronunciación en uno o más sonidos, puede omitirlos, sustituirlos por otros o cambiarlos. Así puede decir tes en vez de tres o ti en lugar de si.

Estos defectos de pronunciación son habituales cuando el niño empieza a hablar, pero si con el tiempo no se corrigen y además se da un uso excesivo del chupete es probable que tenga un problema con el lenguaje. Si el niño es menor de tres años la solución se limita a quitar el chupete, habrá que ser paciente ya que no es un proceso sencillo, si se trata de niños más mayores puede que se requiera la ayuda de un especialista para recuperar el habla correcta.