Alimentación para el primer año de vida del bebé

El primer año de vida de un niño es esencial para su desarrollo, con lo que es importante que prestemos especial atención a la alimentación que le proporcionamos.

Los especialistas en nutrición infantil afirman que la dieta de un niño en su primer año de vida debe pasar por tres etapas diferentes:

El período lácteo va hasta los seis meses aproximadamente.

En estos meses, el niño solo toma leche, porque no es capaz de digerir ciertos alimentos.

En el período de transición, se introducen de manera progresiva ciertos alimentos, preparados de manera que el niño los pueda ir asimilando. Poco a poco se pasa a una textura de alimento triturado, y a comer con cuchara, lo que permite que el niño empiece a paladear.

Finalmente, el niño pasa por un periodo de maduración digestiva, en el que aumenta su capacidad gástrica y por lo tanto, se van introduciendo nuevos alimentos que ayudarán a su desarrollo.


Cómo se introducen los alimentos


Las características de cada alimento hacen que deba seguir un proceso especial en su introducción en la dieta de un niño de hasta un año.

Los cereales no se introducen nunca antes de los 4 meses de edad. Al ser hidratos de carbono de absorción lenta, hacen que el niño no tenga hambre tan a menudo, con lo que se pueden empezar a espaciar las tomas.

También entre los 4 y 6 meses, se empezarán a introducir las frutas en la dieta del niño. Lo más normal es hacerlo en forma de papilla, y siempre después de los cereales.

A partir de los seis meses, poco a poco es la hora de que el niño empiece a conocer el sabor de las verduras y las patatas. Es importante que se empiece por los vegetales más suaves, como las judías verdes, y que se eviten las más flatulentas.


Las carnes y pescados


En cuanto a las carnes, se empezará por añadir pequeñas cantidades de pollo y otras carnes blancas al puré de verduras habitual, y nunca antes de los seis meses. Con el paso de los meses, también se empezará a darle ternera y cordero.

Los pescados y los huevos son dos de los alimentos que se deben incluir más tarde en la dieta de un niño menor de un año, concretamente alrededor del noveno mes. Tanto unos como otros pueden sustituir a la carne en algunas tomas, pero especialmente el huevo debe iniciarse con cantidades muy pequeñas.

Finalmente, los yogures son otro alimento que el niño puede empezar a tomar a partir de los ochos meses de edad, ya sea como complemento, o introducidos en la papilla de frutas. Es importante evitar dárselos con azúcar, y otros edulcorantes, ya que la dieta del pequeño ya está balanceada en hidratos de carbono y, además, el sistema digestivo del niño puede no estar preparado para resistir la introducción de productos como la miel, que además puede contener esporas del hongo responsable del botulismo.