Desde que llegan al mundo los bebés están preparados para comunicarse con sus padres, eso si, a su manera. El bebé llorará cuando tenga hambre, frío o esté asustado, es una comunicación rudimentaria, si, pero es la primera que tenemos todos nosotros al nacer.
Los padres, especialmente los primerizos, seguramente se desesperarán en muchos momentos ya que ese llanto puede que no se calme dándole de comer o cambiándole los pañales.
Hay que entender que los recién nacidos, pese a su poca capacidad de comunicación, son también seres sociales y muchas veces lo único que van a necesitar va a ser el contacto físico con sus padres, sobre todo con la madre. Es la primera forma de comunicación y la que mejor entienden, los abrazos y las palabras de cariño.