Todos sabemos la importancia que tiene el aprendizaje de la música a tempranas edades, el desarrollo de la faceta artística y una mayor sensibilidad, la autodisciplina que exige la práctica de un instrumento o la mejora de la concentración. Son todas estas cuestiones que le van a ayudar en su vida diaria, sin olvidar el placer de tocar un instrumento.
Pero para que esto sea así es el niño el que debe elegir el camino musical, muchas veces somos los padres los que acabamos apuntando a los hijos a clases de piano, de guitarra o de violín, porque es lo que nos hubiera gustado a nosotros o porque es nuestro instrumento favorito.
Esto no sería lo más adecuado, si el niño no decide qué instrumento quiere tocar, incluso si quiere tocar alguno, es muy probable que antes o después se canse y abandone. Lo primero por tanto sería averiguar el interés que tiene el menor por la música.