Que pena da ese primer día de guardería cuando dejamos a nuestro hijo, normalmente llorando, en manos de unos extraños. El consuelo que nos queda es que es lo mejor para él, ya que antes o después va a tener que integrarse en la sociedad que le ha tocado vivir y para ello lo mejor es empezar por la guardería.
Llevar al niño a la escuela infantil antes de que tenga que empezar de forma obligatoria en el colegio lleva asociadas muchas ventajas.
Lo primer es que su mundo, formado hasta ahora por el núcleo familiar, se amplía lo que es bueno también para su desarrollo cognitivo. Conoce a otros adultos pero sobretodo a otros niños como él. Esto le sirve por un lado para individualizarse del resto, construyendo su propia imagen, y por otro para saberse dentro de un grupo de iguales, integrándose así en el contexto social y desarrollando el sentimiento de pertenencia a un grupo.