Juan se levanta a las 7.30 para ir al colegio, cuando sale por las tardes a las 17:00h llega a casa, deja la mochila, se cambia y depende del día acude a natación ( lunes y miércoles), guitarra (martes y jueves) o repaso de matemáticas (los viernes). A las 19:45h vuelve a casa y rápidamente a ponerse con los deberes, ducharse, cenar y… ya no queda tiempo para nada más ¡a dormir!
¿Cómo llevaría un adulto una agenda como ésta? Las actividades extraescolares favorecen el desarrollo de habilidades y competencias en los niños, siempre y cuando se realicen de una forma estructurada.
No deben suponer una sobrecarga en el horario que termine convirtiendo la actividad placentera en una obligación más.