¿Estoy preparada para ser madre?

Esta es la pregunta del millón, y lo cierto es que es una pregunta necesaria si estamos planteándonos tener un hijo. Se trata de una gran responsabilidad que va a cambiar nuestra vida para siempre, entre otras muchas cosas implica que otra persona va a depender de nosotras para todo y durante un tiempo considerable.

Es un compromiso que se adquiere de por vida y debemos reflexionar sobre si aceptaremos sacrificar muchas cosas de nuestra vida por esa otra personita.

Aunque hayamos tomado la decisión y tengamos muy claro que eso es lo que queremos, la maternidad va a sorprendernos siempre, primero con las sensaciones que vamos a vivir durante el embarazo y luego con el momento de tener en casa al recién nacido. Por muy preparada que se esté habrá que ir aprendiendo sobre la marcha, hasta que se pasa por la experiencia no se acaba de entender todo lo que implica ser madre.


A ser madre se aprende día a día


Pese a que la preparación no va a ser nunca absoluta, si que podemos empezar a plantearnos la vida desde otra perspectiva para que el cambio no sea excesivo. Lo primero es organizar nuestro tiempo. Ser madre implica dedicar gran parte del día a atender al niño, especialmente cuando son pequeños. Es el momento de analizar la situación laboral, valorar como organizaremos la jornada una vez pase la excedencia o incluso si queremos alargarla. Muchas veces las mujeres caemos en el error de pensar que vamos a poder con todo y después la situación nos supera, por ello es mejor no cargarse de trabajo en estos primeros momentos, siempre estaremos a tiempo una vez tengamos la situación controlada.

Además de la organización de nuestro día a día, debemos pensar en las cosas a las que deberemos renunciar. La vida social se resiente bastante con la llegada de un bebé a casa, no significa que no vayamos a poder salir pero sí hay que ser consciente de que ahora existen otras prioridades. Del mismo modo nuestro tiempo de ocio se va a ver limitado, quizá haya que elegir entre un rato de lectura o ir al gimnasio. De todas formas estos son aspectos que con el tiempo iremos acoplando, cualquier madre experimentada nos dirá que si te organizas bien hay tiempo para todo, además el rato que se pasa jugando con los niños es un valor añadido a nuestras vidas.


La vida en pareja


La vida en pareja también se va a ver afectada por tanto es importante que no solo la mujer se pregunte si quiere ser madre, lo mejor es que sea una decisión compartida ya que si no va a ser más difícil que funcione. Actuando como un equipo el trabajo que da un niño se hace más llevadero y además se multiplica la unión de la pareja, eso sí, puede que haya que esforzarse más en buscar esos momentos para compartir a solas.

No hay secretos ni fórmulas mágicas que nos aseguren que estamos preparadas, realmente lo único que hay que hacer es querer ser madre, querer traer una nueva vida al mundo, cuidarla y hacer que crezca sana y feliz, que no es poco, pero con esa voluntad cualquier mujer está preparada.