Los niños pueden y deben colaborar en las tareas del hogar

Las tareas del hogar ya hace años que han dejado de ser cosa de las madres de familia, para ser una responsabilidad compartida. Y es que las mujeres, hoy en día, trabajamos y tenemos una vida plena, por lo que no tenemos que cargar solas con todo lo que implica llevar una casa.

Pero no solo eso, el hecho de que tanto el marido como los hijos colaboren en las tareas del hogar resulta decisivo para que los más pequeños de la casa reciban una educación no sexista y, además, les enseña a adquirir pequeñas responsabilidades.

Inculcar a nuestros hijos que deben poner la mesa, o hacerse la cama, no es una simple orden para que las madres nos saquemos algunas tareas de encima, y vivamos más cómodamente.

Al pedir a los más pequeños de la casa que hagan encargos domésticos simples, lo que pretendemos es crear un clima de convivencia en el hogar, y enseñarles que todos debemos colaborar para que funcione correctamente.

Siendo conscientes de que los niños no podrán hacer lo mismo que los adultos, si que podemos empezar a concienciarles de que nuestra familia es un equipo, y que ellos deben trabajar para integrarse en él.


Los efectos beneficiosos de colaborar en casa


Aunque no nos parezca tan importante como en realidad es, una tarea tan sencilla como que nuestro hijo se responsabilice de ordenar sus juguetes, tiene numerosos efectos positivos sobre su personalidad.

Para empezar, le hacemos aumentar su grado de responsabilidad, ya que le concienciamos de que, sin él, eso que le encargamos no funcionará. Además, con ello contribuimos a que madure, y gane en autonomía. Y, como consecuencia de todo esto, su nivel de autoestima subirá.

Otros valores que adquirirá el niño al ayudar en las tareas de casa son la comprensión del esfuerzo que implica el trabajo, y la adaptación a la sociedad donde tendrá que trabajar en el futuro.


¿Qué tareas puede hacer nuestro hijo?


La idea en la que debemos basarnos para encargar un cometido a nuestro hijo dentro del hogar es, simplemente, que por su edad sea capaz de llevarlo a cabo.

Esto implica que, a parte de otras tareas que juzguemos interesantes para educarle, podemos encargarle cosas como hacer su cama, ordenar la habitación, apagar la luz cuando no es necesaria, o recoger lo que ensucia cuando come.

Si nuestro hijo ya es un poco mayor, podemos encargarle también que saque la basura, pase la aspiradora, cuide de las plantas, o de la mascota.


Cómo hacer para que colabore


Para que nuestro hijo haga regularmente la tarea que le hemos encomendado, y no se queje, es importante que no le ordenemos, sino que razonemos con él, y le motivemos para colaborar con las cosas de la casa.

De hecho, lo más importante para que el proceso se desarrolle con normalidad es nuestra actitud como padres. Debemos mostrarle que, pese a que le hacemos llevar a cabo ciertas tareas y somos inflexibles con ello, también le respetamos. Por ejemplo, no debemos obligarle a hacer lo que le pedimos en el mismo instante, sino dejarle un tiempo prudencial para que acabe lo que hace en ese momento. Tampoco tenemos que caer en la crítica, sino al contrario: es importante que le demostremos que estamos orgullosos por lo que ha hecho, aunque no esté perfecto.