El amigo imaginario de los niños

Estamos observando el juego de nuestro hijo y vemos como mantiene una entretenida charla con alguien, le hace partícipe de su actividad e incluso le castiga por algo que ha hecho mal. Este ‘amigo’ incluso puede tener un nombre y ser para nuestro hijo tan real como nosotros mismos.

Hay padres que se preocupan ante esta ‘presencia’ pero deben saber que se trata de algo completamente normal.

Suelen aparecer a partir de los 2 o 3 años de edad y no son más que la expresión del desarrollo evolutivo del niño. En su proceso de crecimiento los niños pasan por diversas fases, cuando son bebés empiezan por descubrir todo lo que hay a su alrededor y no suelen hacer mucho caso al resto de niños. Lo habitual si vamos a una guardería es observar como los niños de 1 a 2 años juegan uno al lado del otro, pero todavía no interactúan entre ellos, primero deben conocer su propio entorno.


A partir de los 2 años es cuando puede aparecer un amigo invisible


Es a partir de los 2 años cuando el proceso de socialización entra en juego, todavía de una forma muy limitada los niños empiezan a ser conscientes de la existencia de los otros, de que sus actos tienen unas consecuencias y de que hay unas reglas y unas normas que se deben respetar. Como en todo nuevo aprendizaje es necesario un periodo de entrenamiento, de ensayo, y es ahí cuando hace su aparición el amigo imaginario.

Este amigo tiene para el niño una personalidad propia y es tan real como los amiguitos del cole, de hecho su presencia no implica que el niño no se vaya a relacionar con el resto, supone un complemento más que le va a ayudar a asimilar mejor todos estos nuevos conocimientos y formas de relacionarse con el resto.

Detectar a este amigo es fácil, el niño hablará de él igual que habla de sus compañeros de clase e incluso lo va a utilizar como válvula de escape, culpándole por ejemplo de sus malas acciones. Este amigo servirá también para que el niño exprese sus sentimientos, lo que evita que estos queden reprimidos y será muy útil para los padres ya que así conocerán sus emociones.


A partir de los 7 u 8 años el amigo imaginario debería desaparecer


El amigo imaginario puede permanecer en la vida del menor aproximadamente hasta los 7 u 8 años, a partir de ahí el niño ya tiene establecidos una serie de vínculos con sus amigos de verdad y esta presencia deja de ser necesaria. Es el momento en el que los sentimientos y emociones se empiezan a vivir de forma interna, indicando que el niño ha dado un paso más en su desarrollo.

Pero si este amigo prolonga su presencia más allá de la edad normal o si evita que el niño mantenga relaciones sociales normales, sí que habrá que determinar el porqué de esta huida de la realidad con la ayuda de un profesional, ya que una cosa es que le sirva como ensayo y otra que sea un arma con la que evadirse de su entorno.