La mayoría de niños padecen paperas durante su infancia, especialmente en su etapa escolar, aunque su incidencia es muy diferente en la actualidad por el uso generalizado de vacunas. Es fácil detectar que un pequeño se ha contagiado, ya que se caracteriza por una más que visible hinchazón de las glándulas salivales.
La primavera es la época del año con mayor incidencia de aparición de casos de paperas, cuyo contagio es posible desde dos días antes de que aparezca la inflamación propiamente dicha, hasta 9 días después.
De hecho, es importante tener en cuenta que se incuba durante unas dos o tres semanas, y que durante este tiempo se puede contagiar.
Las paperas se transmiten a través de la saliva que se expulsa en los estornudos y la tos, y que facilita que entre el virus por las vías respiratorias.