La rubéola es una infección fundamentalmente de la piel y los ganglios linfáticos. La provoca un virus que se transmite por las vías respiratorias, puede ser contagiado por estornudos, tos o contacto con superficies contaminadas.
Es una infección de carácter leve, una vez contraída la persona queda inmunizada y no vuelve a pasar por ella.
El problema con la rubéola está en si es contraída por mujeres embarazadas en las 20 primeras semanas. Se produce lo que se denomina como síndrome de rubeola congénita que puede provocar la aparición de defectos en el feto, tales como pérdida de visión y ceguera, pérdida de audición, patologías cardíacas, discapacidad cognitiva y parálisis cerebral o dificultades a la hora de empezar a caminar. En este caso hay que tener en cuenta que los bebés afectados por este síndrome pueden transmitir el virus durante un año o más, y contagiar a personas que no están inmunizadas.