Los deberes escolares

Llega el momento en que los niños empiezan a asumir responsabilidades más allá de las que les puedan imponer en casa. Una de las primeras tareas de los niños en sociedad es, además de acudir al colegio, hacer los deberes.

Cuando están en la guardería, ir al colegio es como ir al parque, un sitio divertido donde juegan con sus compañeros, pintan, cantan canciones… Este concepto cambiará en cuanto entiendan que al colegio se va a aprender y que ese aprendizaje requiere un esfuerzo por su parte que se materializa en hacer los deberes.


Los deberes como rutina


Hay veces que los padres, se preguntan lo mismo que los niños, ¿por qué si ya van a al colegio deben traerse tanto trabajo a casa? El sistema educativo actual se basa en la repetición de rutinas y en la creación de una disciplina mediante la cual se interiorice el trabajo diario y así se vayan aprendiendo y automatizando las nuevas tareas.

Cuando comienza en la escuela el niño debe aprender a leer, a sumar, a restar, a escribir… es mucha información y el horario lectivo sienta unas bases que se deben trabajar en casa. Según crezca, a las habilidades básicas se irán añadiendo otras relacionadas con el conocimiento de todo lo que le rodea.

Así, el objetivo de los deberes es que el niño aprenda a trabajar de forma independiente, que primero automatice y después vaya asimilando toda la información que recibe al día. Los deberes sirven a su vez para que el niño se organice y se acostumbre desde bien pronto a que existen momentos de trabajo y momentos de ocio. Esto necesario porque se desarrollan en una sociedad que funciona de esta manera.

¿Y cuál es el papel de los padres? Básicamente de apoyo, no se trata de que le hagan el trabajo ni de que estén encima todo el tiempo, si hacen esto no se logra el objetivo principal de autonomía y autodisciplina. Pero deben prestarle la ayuda que precise, especialmente al principio, tienen que enseñarle a organizar su tiempo. Es bueno marcar los tiempos para los deberes, y que estos se respeten. Durante ese tiempo los padres deben estar disponibles para sus hijos, pueden preguntarles, ayudarles a hacer esquemas… en definitiva favorecer su proceso de aprendizaje.


Dónde hacer los deberes


Es necesario a su vez que el tiempo para las tareas escolares se realice en un lugar adecuado, sin distracciones. Lo normal es que sea en su habitación, pero los niños pueden preferir la cocina o el salón. Mientras estén en la tarea esto no tiene tanta importancia, lo que se deben evitar son distracciones como la televisión, o que el resto de la familia realice una actividad divertida.

Pese a que los padres deben dar la importancia precisa a los deberes de sus hijos, también es cierto que estos no deben regir la vida familiar. Si un día no se pueden hacer o hay que cambiar la rutina el niño no debe sentir que es el fin del mundo. Tan importante como la disciplina y el trabajo, será la flexibilidad y la capacidad de adaptación a los cambios.