Los beneficios del teatro infantil

Se tiene la idea de que el teatro es una actividad casi profesional, tanto para los adultos como para los niños que lo hacen. Esto no es del todo verdad, ya que el teatro infantil como actividad extraescolar es, simplemente, una manera de jugar y divertirse que puede traer muchos beneficios a los niños, sin necesidad de que se acaben convirtiendo en estrellas de la escena.


Para qué sirve que los niños hagan teatro


Cuando apuntamos a nuestros hijos a teatro infantil no debemos pensar en que se van a convertir en reputados actores que triunfarán en las tablas de los escenarios.

Los padres debemos ser conscientes de la importancia de que nuestros hijos hagan teatro como una manera de disfrutar sus ratos de ocio, que a la evz les proporcionará numerosos beneficios:

  • Mejora su creatividad con el desarrollo de nuevas historias
  • Le ayuda a relacionarse con los demás niños
  • Desarrolla su capacidad de expresión, tanto a nivel verbal como corporal
  • Estimula su memoria, ya que les hace retener textos
  • Mejora su dicción


Beneficios psicológicos para el niño que hace teatro


Todas estas mejoras que experimenta un niño que hace teatro consiguen que su autoestima y seguridad se vean potenciadas, con lo que se siente mucho mejor en su relación con los demás.

El teatro infantil también es una buena manera de que un pequeño empiece a asumir el concepto de disciplina en el trabajo, y de que le ayude a desenvolverse en público, lo que es especialmente bueno en niños tímidos, a los que les cuesta entablar relaciones con los demás.

Igualmente, es una excelente manera de empezar a introducir en los niños la idea de expresar sus sentimientos, y reconocer qué sienten en cada momento, haciéndoles reflexionar de manera apropiada para su edad.


Los niños como espectadores de teatro


Cuando hablamos de los beneficios del teatro infantil para los más pequeños de casa, no nos referimos solo a que acudan a alguna escuela o centro de ocio para practicarlo.

También es muy importante que acostumbremos a nuestros hijos a ir al teatro desde muy pequeños, para que aprendan a disfrutar de su creatividad, de la magia de sus historias y de la experiencia artística global que representa.

Hoy en día, podemos encontrar en cartel numerosas obras especialmente diseñadas y realizadas para un público infantil, a partir de 3 ó 4 años de edad.

Evidentemente, llevarlos al teatro es un experiencia desconocida para niños tan pequeños, por lo que los padres debemos hacer un importante trabajo previo destinado a familiarizarlo con lo que van a encontrarse en cuanto acudan al teatro. De esta manera, poco a poco irán entendiendo en qué consiste la magia de este espectáculo y, a medida que crezcan, irán introduciéndose mejor en este mundo. Para conseguir que esto ocurra, también es necesario que los padres nos fijemos bien en que la obra a la que vamos a llevar a nuestros hijos sea adecuada para su edad y, por lo tanto, pueda conectar al máximo con ellos.