A mi hijo le sangra la nariz, ¿qué hago?

Muchos niños completamente sanos tienen especial facilidad para que les sangre la nariz, sin que les pase nada en particular que pueda provocarlo. Se trata de un trastorno muy llamativo, pero en la mayoría de ocasiones no tiene ninguna causa concreta y, tal como aparece, se va.

Los factores que pueden favorecer que un niño tenga frecuentes sangrados por la nariz, son innumerables.

De hecho, le puede sangrar por:

  • Tener venas y capilares muy delgaditos
  • Acumular mocos en la nariz
  • Hurgarse en la nariz para sacarse los mocos
  • Ser alérgico y, por lo tanto, estornudar mucho
  • Vivir en lugares muy secos, o calurosos


Qué hacer ante un sangrado de nariz


Es muy importante que, cuando a nuestro hijo le sangre la nariz, los padres sepamos como reaccionar de manera correcta, para poder frenar la hemorragia. Para empezar, debemos tener claro que el hecho típico de taponar las fosas nasales con un algodón es un error, ya que al quitar esos tapones corremos el peligro de que se rompa el coágulo y empiece a sangrar otra vez.

Lo mejor que podemos hacer cuando vemos que nuestro hijo pierde sangre por la nariz, es apretar la fosa nasal sangrante durante por lo menos unos diez minutos. Con este tiempo, debemos tener suficiente para que se forme un coágulo, y la sangre deje de salir. Solo en el caso de que esto no suceda, deberemos acudir al médico, ya que algunas veces puede ser necesario cauterizar la vena.


Aspectos a tener en cuenta en el sangrado de nariz


Cuando queremos frenar una hemorragia nasal de nuestro hijo, es importante que no caigamos en la tentación de hacer lo que hasta hace pocos años era considerado como normal: echar la cabeza del niño hacia atrás, con lo que sólo conseguiremos que se trague la sangre y provocarle, incluso, vómitos.

También el poner hielo envuelto en una tela encima de la nariz puede ayudar a que se frene la pérdida de sangre.


Cuando hay que acudir al médico


Realmente, la mayoría de casos de hemorragias nasales que se dan en niños son siempre leves. Es importante que los padres no perdamos la calma ante la aparatosidad de la sangre, y que ayudemos a que el niño no se ponga nervioso ante la situación.

En el caso de que hayan pasado ya unos 10 o 15 minutos, y no consigamos que le deje de sangrar la nariz, es recomendable que acudamos a un servicio de urgencias del centro hospitalario más cercano, donde se le podrá cauterizar el vaso sanguíneo afectado.

Igualmente, debemos solicitar la ayuda de un médico si vemos que la hemorragia, en lugar de frenarse, va a más, y su notamos que nuestro hijo presenta síntomas que no son habituales, como excesiva palidez, debilidad o mareos. En estos casos, el sangrado de la nariz puede ser indicativo de que el niño padece alguna otra patología que necesita una valoración médica, y un tratamiento definido.