Alimentación infantil: bebés de 4 a 6 meses

Entidades como la Organización Mundial de la Salud recomienda mantener la lactancia materna en exclusiva hasta los seis meses y a partir de ahí comenzar a introducir los primeros alimentos. Pero la gran mayoría de especialistas están de acuerdo en que no hay problema en introducir otro tipo de alimentos a partir de los cuatro o cinco meses.

Lo cierto es que la incorporación de la mujer de vuelta al trabajo, tras las 16 semanas de baja, propicia que sea ese el momento elegido por muchas para dejar la lactancia y empezar con otra alimentación.


En los primeros meses es perfectamente compatible la lactancia con la toma de alimentos complementarios


Realmente el hecho de comenzar con papillas no implica dejar la toma de leche.

En estos primeros meses se trataría más bien de un complemento. Normalmente se empieza con la toma de la tarde, lo que sería la merienda, podemos darle la toma normal y luego empezar con algunas cucharadas de papilla. En su preparación podemos utilizar además nuestra propia leche.

Al principio hay que tener en cuenta la maduración digestiva del bebé, hasta ahora solo ha ingerido leche por lo que puede que le cueste un poco acostumbrarse al cambio. Si no está listo no hay que insistir, en estos casos será el pediatra el que mejor nos oriente. Tampoco habrá que darle grandes cantidades, seguramente al principio solo acepte unas pocas cucharadas. Esto último también es importante, la cuchara, es el momento de empezar a alimentarle de esta manera para que se acostumbre a otra forma de comer.

En cuanto al tipo de alimentos que se pueden ofrecer se encuentra básicamente la fruta y los cereales. No importa que grupo escojamos primero aunque es bueno introducir uno después de otro para observar si se produce algún tipo de reacción. En lo que se refiere a los cereales hay que elegir aquellos sin gluten para evitar precisamente posibles reacciones alérgicas, el arroz y el maíz son los más indicados en este momento. Van a aportar al bebé proteínas, minerales, vitaminas, hidratos de carbono y ácidos grasos esenciales. A partir de los siete u ocho meses ya podremos incluir otro tipo de cereales como el trigo, la avena o el centeno.


Las mejores frutas para hacer una papilla de frutas saludable y sobre todo que le guste


Por su parte las frutas más adecuadas para esta etapa son la pera, la naranja y la manzana, fácilmente digeribles, es mejor ofrecerlas de forma combinada y como complemento a la toma. Poco a poco se podrán ir introduciendo, mejor de una en una para observar sus efectos, otras como el plátano, la uva o la ciruela. Las últimas en ofrecerse al niño, por su posibilidad de provocar alergia, serían el melocotón o la fresa.

De todas formas antes de optar por introducir la alimentación complementaria, habrá que tener en cuenta una serie de señales que nos indicarán que el bebé está listo. Entre otras debería mantener la cabeza erguida por si solo, hacer movimientos de masticación, mostrar interés por la comida, cerrar la boca cuando se introduce una cucharada o haber duplicado el peso que tenía al nacer. No olvidemos que en esta etapa la alimentación es complementaria, es decir, no sustituye la necesaria leche materna, de hecho muchos casos de obesidad infantil se producen por la retirada prematura del pecho y la introducción de otro tipo de alimentos.