Alimentación infantil: bebés de 0 a 4 meses

En esta etapa la alimentación de los bebés es a base, única y exclusivamente, de leche, bien sea materna o artificial. La única regla que se debe tener en cuenta en su suministro es que sea a demanda, esto es, cuando el bebé quiera comer.

Hace unos años la tendencia era seguir un orden en la alimentación del bebé, normalmente se hablaba de que debían alimentarse cada tres horas.

Aún hay quien defiende esta posición pero la gran mayoría se decanta por alimentar al bebé cuando este lo reclame, respetando por tanto sus ciclos de sueño.


La lactancia materna es la alimentación más recomendable y con más beneficios


En función de si optamos por darle el pecho o si se eligen las leches maternalizadas, también habrá diferencias en el proceso de alimentación. Elegir una u otra opción es una decisión totalmente personal aunque la lactancia materna se presenta como la fórmula mejor, más sana y económica para alimentar a nuestro bebé.

El pecho está siempre a la temperatura ideal, no hay que hacer preparativos y se ajusta a la cantidad que el bebé reclama. Su composición también va cambiando en función de las necesidades del bebé. La leche que recibe nada más nacer se llama calostro y contiene los nutrientes que el organismo del recién nacido necesita en ese momento, según pasen los días y semanas su composición irá adecuándose a las exigencias del niño.

Las madres preocupadas por lo que come su hijo, ya que el pecho no permite ver hasta donde ha comido, pueden estar tranquilas, se produce la leche en función de lo que succione el bebé, por tanto si tenemos un bebé tragón nuestro pecho producirá para que siempre tenga suficiente.

Si hemos optado por esta forma de alimentar a nuestro hijo debemos saber que es importante comenzar cuanto antes, es importante que en las primeras dos horas del nacimiento coloquemos al bebé al pecho, hay que vigilar también su agarre, dar el pecho no hace daño por lo que si es así habrá que corregir la postura. Aquellas madres que quieran pero no puedan darle el pecho por cuestiones de tiempo o trabajo, puede ofrecer a su hijo las ventajas de su leche solo tendrán que sacársela y conservarla adecuadamente.


La leche de fórmula


En otras ocasiones, porque la madre no quiera o no pueda, se opta por la leche maternalizada. Su alta calidad permite que el bebé esté perfectamente alimentado con ella, además el hecho de no depender del pecho va a permitir que la madre esté más libre pudiendo delegar la alimentación en su pareja, por ejemplo. En estos casos se deben guardar todas las precauciones que en lo que a la esterilización de biberones y demás objetos se requiere. Se debe controlar la temperatura de la leche antes de dársela al bebé y vigilar el tamaño y la forma de la tetina para evitar que tenga que hacer demasiados esfuerzos o que reciba mucha cantidad. Otra de las ventajas de esta alimentación es que permite a la madre saber con exactitud que cantidad toma su hijo.

Sea cual sea la fórmula adoptada es importante que la madre alimente a su bebé siempre de forma relajada y con tranquilidad, disfrutando de estos momentos tan especiales que son los primeros meses de vida de su hijo.