Bebé que duerme de día y se despierta de noche

Seguramente junto al ‘que coma bien’ este sea el otro gran deseo de los padres cuando van a tener un hijo. Tener un hijo que duerme por la noche puede parecer para los no iniciados como algo natural, pero no es tan habitual como parece. En muchas ocasiones las horas de sueño siguen su propio camino y los padres acaban desesperados pensando que nunca más volverán a dormir de un tirón.

El sueño de los bebés lleva su propio ritmo, con el tiempo se irá regulando y aunque muchos padres no lo crean llegará un día en que su retoño dormirá toda la noche sin despertarse, aunque según el caso esto podrá suceder a los nueve meses o a los tres años.


No se puede obligar a un niño a dormir o a estar despierto


No se puede obligar al niño a dormir cuando no tiene sueño, del mismo modo que no se le puede obligar a permanecer despierto cuando se cae de sueño.

Por eso mismo no podemos pretender ‘enseñar’ a dormir a los bebés, ellos saben dormir perfectamente, igual que saben respirar o pestañear. Lo que si se puede hacer es intentar que sus ciclos de sueño vayan poco a poco acoplándose a los nuestros, despiertos de día y con sueño por la noche.

Si el bebé duerme mucho durante el día lo raro será que duerma también por la noche, así que esos padres que mantienen la casa en silencio, que dejan que los niños duerman todas las horas que quieran y que apenas mantienen actividad, no pueden pretender que el niño esté también durmiendo toda la noche. No se trata de no dejar descansar al bebé, especialmente si es un recién nacido, pero sí se pueden seguir una serie de pautas que irán haciendo que acople su sueño a nuestro ritmo de vida.

Es necesario que empiece a distinguir el día de la noche para ello podemos tener al bebé en habitaciones con luz y actividad durante el día y pasarlo a su zona de descanso por la noche. Cuando tenga unos meses podremos empezar a interactuar con él, los ratos que esté despierto debemos estimularle con juegos, canciones, hablándole, llevándolo de paseo… el bebé empieza a comprender que esos son los momentos de actividad, además es necesario un grado de actividad diaria para que por la noche sienta deseos de descansar.


La mejor forma de acostumbrarles: las rutinas diarias


Cuanto antes comencemos con las rutinas antes asociará las acciones a los momentos de sueño y vigilia. El bebé aprende que llega la hora de dormir si todos los días a la misma hora se le da un baño, un masaje, la cena y se le canta una canción, por ejemplo. Asocia estas actividades, que además le relajan, y anticipa el sueño, con lo que este se producirá con mayor facilidad.

Para que duerma de noche habrá también que vigilar las siestas. Cada niño lleva su propio ciclo y cuando son muy pequeños no es bueno interferir, pero si a partir de los seis meses comprobamos que con tres siestas al día ya no duerme por la noche podremos intentar suprimir una, adelantando la cena, el baño o el paseo, aunque eso signifique que madrugará más.

Al final todo dependerá del ritmo que lleve que cada uno y no habrá más solución que tener paciencia y esperar.