La rutina es el mejor remedio para el sueño del bebé

Enseñar a dormir al bebé, a veces, no resulta fácil y por ello, los padres suelen agobiarse, preocuparse, puesto que no saben encontrar la forma de que el pequeño duerma la cantidad de horas necesarias, así como a la hora indicada… Es cierto que sobre el tema del sueño infantil hay muchísima información, aunque cada pequeño es diferente y los padres tienen que tener, ante todo, paciencia.

Lo primero que deben comprender es que los pequeños cuando nacen no tienen una rutina del sueño y que no existe diferencia entre el día y la noche para ellos, que no saben distinguir los momentos del día como lo hacen los adultos.

De este modo, serán los padres los que establezcan una rutina o una serie de conductas que se repitan cada día para que así los pequeños se vayan acostumbrando.


Hasta los cuatro meses los bebés se pasan prácticamente todo el día durmiendo


Hasta que cumplen los cuatro meses, duermen mucho y prácticamente sólo se despiertan cuando tienen hambre y necesitan comer. Mientras tanto, se pueden llevar casi todo el día durmiendo. Pero a partir de este mes, ya sí será necesario que se les ayude a organizar su sueño, por decirlo de algún modo y habrá que seguir una serie de pasos hasta que el bebé se quede dormido plácidamente. Es cierto que, al principio los padres puede que no encuentren lo que le gusta a su pequeño pero finalmente cuando lo hallen, será sencillo que sigan esas pautas para dormirlo cada día.

Será fundamental que se establezca un horario y que todos los días, además de seguir los mismos pasos, se hagan a la misma hora. Aunque los pequeños no sepan ni siquiera qué hora es, el hecho de que se siga este ritual con un horario fijo sí que influirá a la hora de conciliar el sueño.

De este modo, primero será muy útil darle un baño para que así se relaje y también disfrute de este momento con sus padres. Después puede ayudarle también de cara a conciliar el sueño, que se le dé un masaje por todo el cuerpo con crema hidratante indicada para bebés. Se le pondrá su pijama, se le colocará un pañal limpio y se le dará de comer. Una vez tenga estas necesidades cubiertas, será el momento de llevar al pequeño a la cunita para allí cantarle una nana, susurrarle palabras bonitas, a la vez que se le dan mimos y caricias. El entorno también será fundamental, ya que, debe ser tranquilo, con una temperatura agradable y con la luz apagada o muy tenue.


La rutina es fundamental para los bebés: les fomenta la seguridad y la capacidad de predecir lo que va a pasar


Si todos los días se repite esta rutina, el bebé sabrá que es la hora de dormir y, sin duda, su ritmo de sueño se estabilizará. Aun así, los padres deberán tener en cuenta y pensar bien a qué quieren acostumbrarlo, es decir, si quieren que duerma con chupete o dejarle que se chupe el dedo para dormir. Son ejemplos de los hábitos que el pequeño adoptará y que, será difícil que dejen de hacerlo luego. De este modo, aunque alguna noche el bebé no siga esta rutina porque tenga algún dolor, ya sean gases o molestias porque le está saliendo un diente, por ejemplo, será importante que, en el momento en que se encuentre bien, se vuelvan a seguir los mismos pasos que se han establecido. Así no se romperá esa especie de ritual del sueño.