Vérnix caseosa, cuándo bañar al bebé recién nacido

La mayoría de bebés nace con el cuerpo cubierto de una capa fina de grasa que recibe el nombre de vérnix caseosa, y que se encuentra sobretodo en los pliegues de la piel, en el dorso, y en la parte posterior de las orejas. Esta capa que recubre a un bebé recién nacido esta compuesta por un 80% de agua, un 10% de grasa y otro 10% de proteínas, además de contener células epidérmicas muertas, pelos y secreciones de las glándulas sebáceas.

Hay estudios recientes que muestran, incluso, una alta concentración de vitamina E en la vérnix caseosa, que de esta manera se convierte en un gran protector para la piel del bebé frente a la acción dañina del oxígeno y los rayos ultravioletas del sol.

La vérnix se empieza a formar en el último trimestre de embarazo, como barrera de defensa de la piel del feto frente al contacto permanente con el líquido amniótico que le envuelve, evitándole posibles infecciones.

Es interesante reseñar que esta capa se forma a la vez que el estrato córneo del bebé, el nombre que recibe la capa más externa de la piel. Esto no es una pura coincidencia, sino un proceso vital: el estrato córneo solo se puede desarrollar en un ambiente seco, y es la vérnix la que se lo proporciona al aislar el líquido amniótico.


Limpiar la vérnix caseosa


La vérnix caseosa tiene muchos beneficios para la piel del bebé, pero hay que reconocer que afea bastante la apariencia del recién nacido. Por eso, muchas madres tienen la tentación de eliminarla rascándola, ya sea con la uña o durante el baño.

Esto es un error importante, ya que en solo dos o tres días el bebé la reabsorberá y no quedará ni rastro. En cambio, si se rasca es muy fácil provocar heridas al bebé, que se pueden infectar en seguida por lo delicada que es su piel.

Además, hay que tener en cuenta los beneficios que aporta la vértix caseosa al bebé, como ayudar a mantener su temperatura corporal, nutrir la piel evitando descamaciones precoces, y protegerla de agresiones externas tan habituales como el roce de la ropa, o los cambios de temperatura.


Cuándo bañar a un bebé


Una de las cosas que despierta más indecisiones cuando se tiene un niño recién nacido en casa, es con que frecuencia resulta positivo bañarlo. Hay quien apuesta por bañarlo cada día, mientras que otros amplían el tiempo incluso a dos veces por semana. Incluso hay gente que decide no bañar a su hijo recién nacido hasta que le cae el cordón umbilical.

Lo único importante es tener en cuenta es que los bebés tienen la piel muy delicada, y hay que hacer todo lo posible por no dañarla. Y la verdad es que una higiene adecuada es la mejor manera de mantener la salud de su dermis.

Si se quiere bañar un bebé sin agredir su piel, es esencial usar jabones de ph neutro y muy suaves, así como una esponja también muy suave. Además, no se puede descuidar su hidratación después del baño, aunque los pediatras recomiendan un moderado equilibrio en cuanto a los cuidados de la piel del bebé. Hay que evitar eliminarle la grasa natural que tiene como protectora, lo que puede provocar grietas y posibles infecciones.