El hipo del bebé recién nacido

Hay pocas sensaciones más molestas que el hipo, esa inspiración súbita de aire se produce cuando el diafragma se contrae de forma espasmódica e involuntaria. Cuando el diafragma se contrae el tórax se expande y el aire entra en los pulmones, cuando se relaja el tórax se contrae y el aire sale de los pulmones.

Si este sistema cambia se produce una desincronización que provoca el hipo ya que diafragma y tórax han dejado de coordinar sus movimientos.

Esto puede suceder por varios motivos, por comer mucho o muy rápido, por ingerir bebidas carbónicas, por aerofagia o por el abuso de alcohol y la ansiedad. Pero el hipo también se da en los recién nacidos que no están expuestos a la mayoría de estas situaciones. Cuando un recién nacido tiene hipo los padres se suelen preocupar ya que piensan que su bebé estará molesto y la alimentación es la primera causa que se empieza a analizar, pensando si comerá demasiado, muy deprisa o si hay algo que no estamos haciendo bien.


El hipo en los recién nacidos es normal


Lo cierto es que el hipo en los recién nacidos es muy habitual, y los padres pueden estar tranquilos ya que para el bebé no es ninguna molestia. Cuando los niños nacen su sistema nervioso todavía está inmaduro, como no hay un control adecuado el diafragma se contrae de forma aún irregular provocando ese hipo. Esto puede ocurrir a la mínima ocasión debido precisamente a esa falta de entrenamiento de los músculos de nuestro hijo. Así si traga aire o bebe muy rápido lo normal será que se presente, pero también puede aparecer por ejemplo ante un cambio de temperatura.

Igual que hace acto de presencia, desaparece, el hipo en los bebés no suele durar mucho tiempo y tampoco hay ninguna forma efectiva de hacerlo desaparecer. Así, no tenemos que asustar a nuestro hijo, darle agua o azúcar ni mucho menos cortar su respiración, son inventos que pueden funcionar con los mayores pero de los que hay que olvidarse si hablamos de niños.


Consejos para evitar la aparición del hipo


Lo que si se puede hacer con los bebés es intentar evitar que aparezca. Si damos el pecho tenemos que colocarlo de forma correcta para evitar que trague aire y en el caso de que así sea habrá que parar, colocarlo en posición vertical y luego seguir. Es necesario también hacerlo eructar después de cada toma. Si se alimenta con biberón aumentan las posibilidades de que trague aire por lo que hay que controlar bien el tamaño de la tetina para que ni reciba demasiado alimento ni tenga que hacer demasiados esfuerzos. A los niños muy tragones hay que enseñarles a comer con más calma haciendo los descansos necesarios.

Pese a que todo indica que el hipo molesta más a los padres que a los propios niños, ante un episodio muy largo o si observamos que al bebé realmente le molesta el hipo deberemos acudir al médico a fin de que valore si puede haber otro tipo de dolencia subyacente.