La sonrisa de un hijo pone las pilas a la madre

Para una madre, una mirada, un gesto, un movimiento, e incluso el simple parpadeo de su hijo puede hacer que su corazón dé un vuelco. Y qué decir de cuando al mirar a su pequeño, éste le entrega una sonrisa… simplemente ese gesto hace que su corazón se llene de amor y alegría, es como si le inyectasen una dosis inmensa de energía positiva.

La sonrisa de un bebé consigue ablandar el corazón de cualquiera, es la máxima expresión de belleza, ingenuidad, ilusión… De este modo, parece lógico que las madres sientan esa energía positiva al ver la sonrisa de su hijo, ya que, desde que éste nace, viven por y para él.


La felicidad que da un hijo a su madre ha sido estudiada científicamente


De hecho, esta sensación ha sido estudiada por especialistas para llegar a entender el por qué de esa reacción.

De este modo, expertos del Hospital Infantil de Texas y de la University College de Londres decidieron abordar este tema. Tomaron como muestra a 28 madres primerizas, rondando todas ellas la treintena. Siguieron un procedimiento sencillo, aunque revelador, ya que, a cada una de ellas se les mostró 60 fotos, de las cuales, treinta eran conocidas, ya que, en ellas aparecía su hijo recién nacido, más o menos desde los cinco a los diez meses. Las otras treinta fotos eran de un pequeño que no conocían, aunque se intentó que tuviera cierto parecido con sus bebés. En las diversas fotos que pudieron ver aparecían los niños sonriendo, tristes o casi sin expresión. Además, mientras observaban dichas fotos, a cada mujer se le realizó una resonancia magnética para comprobar qué áreas del cerebro reaccionaban en mayor o menor medida ante dicho estímulo.

Tras realizar este procedimiento se comprobó que cuando las mujeres veían sonreír a su hijo, se activaba la zona del cerebro que está relacionada con la llamada dopamina, aumentando su producción. Se trata de un neurotransmisor que guarda relación con el mecanismo mental relacionado con la recompensa y que incluso es el responsable del desarrollo de algunas adicciones. Precisamente por ello, se llegó a la conclusión de que la sonrisa de su hijo podía ser para la madre como su propia y particular droga y que como todas ellas, causa en la mujer esa sensación de “adicción” a la risa de su pequeño.


Aunque al principio todo sea cansancio cuando un bebé nace, luego todo es felicidad


De este modo, con este estudio se demostraba cómo reaccionaba el cerebro al ver ese gesto de su pequeño. Y es que, sin duda, los lazos que existen entre madre e hijo son tan fuertes que no responden sólo a cuestiones o aspectos racionales, sino que los sentimientos, las sensaciones, las emociones… juegan un papel muy importante.

Por todo ello, aunque en ocasiones cuando nace el bebé, la madre se ve sobrepasada por la situación, es posible que pasando tiempo con él y disfrutando de ver cómo simplemente al oír su voz se le ilumina la carita y una sonrisa aparece en su boca, se llene de fuerzas y energía para afrontar lo que implica ser madre, la responsabilidad de saber educar a su pequeño y ofrecerle siempre lo mejor. Sin duda, es muy importante que, aunque los niños vayan creciendo, sigan pasando tiempo con sus madres, ya que, especialmente hoy en día, con rutinas y horarios laborales que les dejan poco margen para estar con sus hijos, es muy importante que las mamás sepan sacar tiempo para disfrutar de ellos. Sin duda, puede ayudarles a reponer fuerzas y, como dice el artículo, ponerle las pilas.