El momento en que al bebé le sale su primer diente es vivido con emoción por sus padres, poco a poco la boca se va llenado con su primera y eventual dentadura y la atención hacia esta parte tan importante para la salud de nuestros hijos va decayendo, al fin y al cabo se le van a caer ¿no?
Este es uno de los errores más comunes que se suelen cometer en cuanto a la higiene bucal de nuestros hijos.
Hasta los cuatro o cinco años los dientes no son una de las preocupaciones de los padres, en el momento en que empiezan a caerse vuelven a llamar la atención. Pero vigilar el estado de la boca del niño es importante desde que son pequeños para asegurar que no van a tener ningún problema cuando tengan su dentadura definitiva.