El bruxismo en los niños

El bruxismo no es solo cosa de los adultos. También los niños aprietan sus dientes, de manera inconsciente, hasta hacerlos rechinar cuando duermen, y esto les provoca consecuencias muy negativas a su boca, como desgaste, dolor, enfermedad en las encías y malformación en la alineación de la dentadura.

La mayoría de casos de bruxismo se da por la noche, aunque también hay muchos niños que aprietan sus dientes de manera exagerada durante el día, ya sea con rechinamiento o no de los dientes.


En qué consiste el bruxismo


El bruxismo es involuntario, y se considera como la expresión de un estado emocional, aunque también puede provocarse por problemas físicos, como el mal hábito de respirar por la boca.

De todos modos, la ansiedad y la tensión emocional se llevan la palma como causa de este problema.

También hay que tener en cuenta que el bruxismo puede ser consecuencia de dar el biberón a niños que ya están en edad de comer normalmente, ya que al no dejarles masticar provocamos que se malformen sus dientes, con lo que no encajan bien, y se da la ocasión de que se produzca ese rechinar de dientes.

Hay niños que no tienen el síntoma patente del rechinar, con lo que no es tan fácil que los padres identifiquen el problema, así que es bueno acudir a un odontólogo que lo revise, para detectar el posible desgaste de piezas dentales.


Consecuencias del bruxismo en los niños


El bruxismo se da sobretodo a partir de los 3 años, ya que es a esta edad cuando los pequeños ya tienen su dentadura formada. Por eso, es importante que se vigile la evolución de la boca del niño, y que se le someta a revisiones periódicas por parte de un odontopediatra.

Las contracciones rítmicas y fuertes que se producen cuando el niño aprieta sus dientes en exceso pueden desaparecer con los años, cuando surgen los nuevos dientes, pero también debemos tener en cuenta que puede perjudicar las encías y, por lo tanto, su oclusión.


El tratamiento del bruxismo


Abordar el bruxismo requiere, en la mayoría de los casos, un tratamiento multidisciplinar. Por una parte, es necesario aplicar protectores dentales. Se usan a la hora de dormir, y son unas piezas de goma que evitan que el rechineo de los dientes por la noche desgaste en exceso los dientes. También es importante que un especialista en dentaduras infantiles valore las posibles deformidades que ya se hayan podido producir, y actúe en consecuencia, según las alteraciones detectadas.

Por otra parte, es necesario tratar la ansiedad que siente el niño, y que puede propiciar que se den estos hábitos. En los casos más extremos, será necesario la consulta con un psicólogo o terapeuta, pero si no los padres pueden intervenir de manera positiva trabajando para que el niño haga técnicas de relajación muscular, y encuentre el camino de reducir el estrés o la ansiedad que sufre. Igualmente, es importante conseguir que cambie algunas pautas de comportamiento que pueden inducirle a estar más nervioso de la cuenta en la cama, como ver ciertos programas de tele, o hacer deporte a última hora.