La higiene infantil

Lavarse las manos antes de comer, cepillarse los dientes o la ducha diaria son algunos de los hábitos que realizamos desde niños y transmitimos generacionalmente. Son conductas destinadas a mantener la salud aunque no siempre les prestamos la atención necesaria.

En algunas ocasiones por falta de tiempo o desconocimiento, nos saltamos pautas de higiene muy importantes o las realizamos de forma deficiente.


Los niños deben aprender y practicar la higiene


En los niños, las consecuencias de la falta de higiene tiene iguales o mayores consecuencias que en una persona adulta.

Un niño que no sigue pautas adecuadas de higiene, está expuesto a miles de microbios y al contagio de enfermedades como lombrices intestinales, diarreas u otras infecciones. Además en el centro escolar puede sufrir consecuencias como el rechazo, la burla o la discriminación si acude descuidado o con mal olor.

El aprendizaje de conductas de higiene personal se realiza en la infancia y la ausencia de ello puede dificultarle sus relaciones personales en contextos de amistad o incluso de trabajo en el futuro.

Para empezar, debemos saber que los padres somos el espejo en el que se miran los niños. Es cierto que “una imagen vale más que 1000 palabras”. Cualquier gesto del papá o la mamá supone mucho más aprendizaje para su hijo que repetirle una y otra vez lo que debe hacer. Cuando el niño observe como sus padres le dan importancia a su propia higiene, lavándose siempre las manos antes de comer por ejemplo, hará que la conducta sea interiorizada con mayor credibilidad.


Aspectos prácticos de la higiene infantil


Según los expertos, hay que prestar atención a:

– Higiene de la piel

En los niños se recomienda baño diario, especialmente en época escolar (al menos 3 veces por semana). Hay que hacer hincapié en el lavado de pliegues y genitales con esponja y gel adecuados.

– Higiene del cabello

Es necesario lavarlo con frecuencia ya que acumula polvo y secreciones del cuero cabelludo (2 o 3 veces por semana). Además, en edad escolar conviene revisar periódicamente la ausencia de infestación de piojos.

– Limpieza de manos

A través de las manos se contagian un gran número de enfermedades, son el medio de transporte de las bacterias. Debemos lavarlas con agua y jabón siempre que hayan estado en contacto con posibles fuentes de contaminación (basura, suelo…etc), tocar animales o jugar; antes y después de las comidas así como de la utilización del servicio higiénico o manipulación de alimentos.

Las uñas suelen acumular suciedad por lo que es necesario utilizar un cepillo para su lavado y cortarlas con frecuencia.

– Higiene de los pies

Por su escasa ventilación los pies suelen acumular sudor, se recomienda el lavado diario y corte de uñas frecuente.

– Limpieza de oídos

Se pueden utilizar bastoncillos para secar los pliegues externos del oído pero nunca deben introducirse para limpiar el interior porque pueden empujar el cerumen hacia dentro y crear tapones.

– Lavado de cara y ojos

Diariamente el niño debe lavarse la cara con agua y jabón para eliminar restos de sudor y legañas.

– Limpieza de nariz

El exceso de moco u otras partículas en la nariz pueden dificultar la respiración del niño. Conviene limpiarla con un pañuelo limpio taponando un orificio para que expulse el aire en el otro.

– Higiene bucal

Los niños deben aprender que el cepillado de dientes ha de realizarse al menos 2 veces al día con las principales comidas

– Higiene en la ropa

Diariamente el niño ha de cambiar su ropa interior y aprender que debe salir de casa con vestimenta y zapatos limpios.

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Referencias: Wikipedia | Medline