La verdad es que proteger a los niños de los piojos es casi una tarea imposible, dado que estos pequeños insectos se contagian muy fácilmente. Eso sí, existen métodos que nos pueden ayudar a reducir las posibilidades de que esto ocurra.
Sin duda, una de las mejores maneras de prevenir que los piojos se instalen en la cabeza de nuestros hijos es aplicar diariamente un poco de repelente en sus cabezas.
De hecho, estos productos son como insecticidas: su función es ahuyentarlos y evitar que aniden.
Otra manera de luchar contra la infestación de los piojos es vigilar cada día el cabello de los niños, buscando posibles insectos y evitando que la infestación vaya a más. Para conseguirlo, una vez detectados, deberemos pasar la liendrera, o peine de púas finas, ya que es la única manera de acabar con las liendres, que se son las principales responsables del contagio. También ayudará que enjuaguemos el cabello poniendo un chorro de vinagre al agua, ya que ablanda el pegamento de las liendres y, por lo tanto, hace que se desprendan más fácilmente.