Piojos y liendres

Uno de los temores de todo padre y, a la vez, un fenómeno prácticamente inevitable cuando se trata de nuestros hijos: los piojos y las liendres.

Los piojos y las liendres no son lo mismo, y es importante que todo padre sepa reconocer la diferencia entre ambos, de qué están hechos y cómo tratarlos, puesto que representan una gran incomodidad para los niños.

Además, pueden contagiarse al resto de la familia, y a los compañeros de jardín de infantes o de la escuela. Aquí aprenderá a notar la diferencia entre ambos, y cómo deshacerse de ellos.


Diferencias entre piojos y liendres


La gran diferencia entre los piojos y las liendres es que las liendres son los huevos puestos por los piojos, y los piojos son los pequeños insectos sin alas, de color café, cuya picadura produce comezón en el cuero cabelludo, y pequeñas marcas rojas en el mismo. Los piojos no pueden saltar ni volar, pero sí pueden moverse muy rápido y, debido a su diminuto tamaño, no es fácil verlos. Además, es necesario tener en cuenta que los piojos pueden sobrevivir fuera de la cabeza y del cabello entre 1 y 2 días, siempre y cuando se encuentren a temperatura ambiente.

La otra diferencia entre los piojos y las liendres es que las liendres (los huevos) son de color amarillo y/o blanco, o un color intermedio, y tienen la capacidad para adherirse con mucha fuerza al cuero cabelludo de los niños, sobre todo en la zona superior al cuello y por detrás de las orejas. Y, a diferencia de los piojos, las liendres tienen la capacidad para sobrevivir durante hasta 2 semanas fuera de la cabeza, como por ejemplo en la ropa de los niños o en las sábanas.


Evitar el contagio como primera barrera defensiva


Una vez establecida la diferencia entre ambos, es preciso aprender a evitarlos. Lo principal es evitar cualquier clase de contacto, directo o indirecto, con el cabello y cabeza de niños en riesgo de tenerlos. Los piojos y las liendres pueden contagiarse mediante simplemente tocar la cabeza de un niño afectado, compartir piezas que se ubican cerca del cuero cabelludo, como gorros, gorras de natación, peines y cepillos, bufandas, abrigos, e incluso mantas, sábanas y audífonos.

Pero si, por cualquier razón, su hijo ha contraído piojos o liendres, deberá tomar rápida acción. El primer paso es asegurarse de limpiar bien el cabello y cuero cabelludo del niño (recordando siempre que el peine o cepillo no debe entrar en contacto con usted, y utilizando guantes protectivos) para, a continuación, aplicar un tratamiento contra piojos y liendres; existe una gran cantidad de productos disponibles de venta libre sin receta en las farmacias o grandes tiendas de supermercado, que representan una solución económica y fácil de usar en el hogar.

Una vez aplicado el producto de acuerdo a las instrucciones que se encuentran en el empaque o frasco, es de suma importancia que recuerde que la prevención es lo más importante a la hora de lidiar con los piojos y las liendres en los niños.