Los piojos son realmente uno de los problemas más habituales en la etapa infantil. Pero muchos padres no se dan cuenta de que sus hijos los padecen hasta que su cabeza ya ha quedado verdaderamente infestada de estos insectos.
Ante todo, debemos empezar por definir a los piojos como unos insectos sin alas que se alimentan de la sangre humana que pueden chupar instalados en medio del cabello.
Sin el pelo no pueden vivir más de dos días, pero en la cabeza de un niño pueden llegar poner hasta 300 huevos de sus liendres, que se irán moviendo del pelo del niño al de los demás miembros de la familia.